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El presidente Enrique Peña Nieto cumple hoy tres años del inicio de su gobierno y comienza el cuarto año con retos, como echar a andar las reformas, sobre todo la energética, en beneficio de la gente y el ansiado crecimiento económico, señalan analistas.
A tres años de que Peña Nieto tomó protesta ante el Congreso de la Unión como Presidente de la República, especialistas ven el impulso a la transparencia como una señal positiva y el manejo de las finanzas; pero señalan negativos como Ayotzinapa, la inseguridad pública y el Estado de derecho, materias en las que aún hay dudas.
La académica María Marván Laborde, coordinadora de Derecho Electoral del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, opinó que el Ejecutivo llega a su tercer año desgastado, sin cumplir las expectativas generadas en torno a su administración y con el tiempo agotado.
“Hemos empezado el proceso de sucesión, es muy temprano, pero si revisamos la gente ya está pensando en lo que viene en 2018, cuando en realidad falta mucho, esto porque al parecer ya no se espera mucho de este sexenio”, afirmó la experta.
Los dos grandes temas responsables del desgaste son, expuso, la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y los escándalos de corrupción en torno a la casa blanca.
Destacó las reformas del Pacto por México como posibles avances pero sólo en su aprobación en el Congreso, pues ninguna ha tenido los resultados que se esperaban “a la velocidad que nos prometieron, ni tampoco han sido claramente aceptadas” por la población como se ha visto con las protestas por la reforma educativa.
El profesor e investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), Alberto Aziz Nassif, estimó que al fin del tercer año del Presidente el país está igual en inseguridad, que fue uno de los problemas que ofreció resolver.
Así, el inicio del cuarto año de gobierno no es esperanzador, pues hace año y medio descarriló el rumbo y no ha podido reponerse, dijo el también colaborador de EL UNIVERSAL.
“Le resta confianza y credibilidad la crisis de derechos humanos y todos los organismos internacionales lo dicen, aunque el gobierno lo niega. Eso genera una disputa y un problema doble, por tratar de ocultar una realidad muy complicada y dolorosa. Eso además, lo que expresa es que las estrategias de seguridad pública no dan resultados y estamos en una situación similar al sexenio pasado”, aseveró.
Aziz reconoció que hay crecimiento, aunque sea ligeramente superior a 2%, y hubo reformas legislativas importantes, como la de telecomunicaciones.
Positivo, impulso a transparencia. Mauricio Merino, doctor en Ciencia Política por la Universidad Complutense de Madrid y ex presidente del Colegio Nacional de Ciencias Políticas y Administración Pública, destacó entre los positivos del gobierno el inicio para fortalecer la transparencia y el combate a la corrupción, el enérgico manejo de las finanzas públicas y “ha sido valiente” al poner límites a los excesos del federalismo.
“Todos los gobiernos tienen claroscuros, no hay un solo gobierno sin esas características en el mundo entero, lo importante es la nitidez de los claros o la profundidad de los oscuros, el tema está en los matices y en el balance entre los triunfos y los fracasos, eso es lo que hace la diferencia entre lo que pensamos un buen gobierno o uno que no tiene las mejores calificaciones”, dijo.
Identificó debilidades en materia de derechos humanos, como el caso Ayotzinapa, la inseguridad y la fuga de Joaquín Guzmán Loera El Chapo, y la falta de resultados derivado de las reformas de bienestar para la gente, además de la desigualdad y la pobreza.
Rolando Cordera Campos, economista y maestro emérito de la UNAM, consideró a su vez desalentador el panorama económico del país, pues sigue siendo un crecimiento muy por debajo de lo que socialmente es necesario, en términos de empleo y de excedentes para distribuir y producir bienes públicos.
“Es negativo sobre todo para los más necesitados, y es desalentador que el gobierno se empeñe en que la ruta que escogió y que es la misma de hace 30 años sea la única ruta, como decían los moralistas mexicanos”.
Se dijo convencido en que el Presidente debe convocar a reflexionar sobre la necesidad de comenzar a virar y cambiar los objetivos de la estrategia de desarrollo en favor de un mayor empleo y de asegurarle a todos un mínimo de bienestar, pero no lo han hecho.
“Por lo visto les parece que como están las cosas, van bien, pero habemos quienes pensamos que las cosas no van bien y se pueden poner mal”.
Se le hizo notar la convicción del gobierno para presumir la estabilidad macroeconómica, baja inflación, creación de empleos, a lo que respondió en entrevista:
“La estabilidad macroeconómica es un hecho y la baja inflación también, pero el costo económico y social de esto es necesario hacerlo explícito. Yo pienso que el costo de la estabilidad ha sido la contención permanente del gasto público, particularmente de la inversión pública y del crecimiento económico”.
Buen avance, la reforma educativa: Zárate. El analista político Alfonso Zárate, ex director del departamento de Estudios Políticos del CIDE, considera a su vez que el presidente Peña Nieto tendrá dos grandes desafíos para la segunda mitad de su mandato: que las reformas se traduzcan en crecimiento económico y en mejoras de la situación de la población, así como avances en acciones firmes en seguridad.
Dijo que al principio del mandato del presidente Peña “hubo acciones ejecutivas de gran calado”.
Destacó en entrevista la construcción del Pacto por México que derivó, con el apoyo de las principales fuerzas de oposición, en la consolidación de reformas legales y constitucionales.
“Hubo un segundo momento de pasmo y semiparálisis en el que hay decisiones que no se toman o se toman equivocadamente, por ejemplo en la integración de las ternas para ocupar un asiento en la SCJN y en los temas de los escándalos de las propiedades”.
Consideró que el principal punto negativo es la reforma energética y el más positivo es la educativa, aunque, advirtió que “hasta este momento es muy limitada, pero es bueno el hecho de recuperar la educación que estaba en buena medida secuestrada y que todavía sigue siendo un desafío”.