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maria.saldana@eluniversal.com.mx
En la primera mitad de la administración del presidente Enrique Peña Nieto no se rompió la inercia del bajo crecimiento; fueron insuficientes los avances para reducir la pobreza; hace falta crear empleos en cantidad y calidad; en materia de seguridad se avanza, pero aún sigue el problema; se requiere concretar la legislación secundaria anticorrupción; con lo que complementará el gran logro del sexenio: las reformas, coincidieron los líderes del sector empresarial.
Para el director general del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), Luis Foncerrada, “lo que preocupa en esta mitad es el gran nivel de endeudamiento sin inversión física, porque cuando hay inversión y se recurre a la deuda, ésta se justifica. Pero cuando hay deuda y no se invierte, no hay justificación”.
En los años próximos debería modificarse la estructura del presupuesto, de manera que se invierta más en infraestructura, ya que en 2016 se redujo la inversión para este rubro en 21% real. También el gasto asistencial debe replantearse porque genera solamente votos, y no crea empleos ni crecimiento, dijo Foncerrada.
Aunque las 12 reformas estructurales que se aprobaron al inicio del sexenio dieron un renovado rumbo al país, el entorno económico internacional se complicó económica y geopolíticamente “con creciente inestabilidad, debilidad en el crecimiento y fenómenos como la caída de los precios del petróleo”, aseveró el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Gerardo Gutiérrez Candiani.
Se presentaron también sucesos lamentables en materia de violencia e inseguridad desde finales de 2014, que conforman los “grandes pendientes de la segunda mitad del sexenio”, agregó.
“Los retos son seguridad, justicia, Estado de derecho, gobernabilidad democrática, fortalecimiento de nuestras instituciones y combate comprometido contra la corrupción y la impunidad”, dijo el presidente del CCE.
El presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Juan Pablo Castañón, expuso que en los tres años que restan al sexenio tendrá la oportunidad de aterrizar las reformas y aseveró que “el Estado de derecho, la seguridad y el combate a la desigualdad son nodal para consolidar el resto de las reformas”.