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El presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD) que resulte electo hoy tendrá que afrontar grandes retos: relanzar al partido ante una de sus peores crisis políticas y recuperar la credibilidad de la ciudadanía para retomar su fuerza electoral en los comicios de 2016, con miras a las elecciones presidenciales de 2018.
Expertos y dirigentes de corrientes internas del sol azteca hablaron de la sucesión de hoy en el PRD al cambiar a sus órganos de dirección, desde la presidencia nacional, la secretaría general, hasta las diversas carteras.
Coincidieron que una vez que el Consejo Nacional releve a Carlos Navarrete en su cargo de presidente, junto a toda su dirección nacional, quien tome las riendas del partido tendrá que recuperar la ideología de izquierda que han perdido en los últimos años. Para esta ardua tarea, la mayoría de los líderes de las corrientes de expresión se inclinan por Agustín Basave, académico de recién ingreso a las filas del partido.
Héctor Bautista, actual secretario general del sol azteca y líder de la corriente Alternativa Democrática Nacional (ADN), sostuvo que precisamente “lo que anhela el partido es salir de esa crisis y creemos que con el muy posible arribo de Agustín Basave le demos un nuevo perfil”.
Y es que hablar de la crisis del PRD, para sus dirigentes, es remontarse a la renuncia a las filas perredistas de Andrés Manuel López Obrador, en septiembre de 2012. Hecho que desencadenó una de las primeras fracturas al interior del partido.
Para el polítologo Jorge Buendía, el partido es mucho más que López Obrador, pero uno de los retos fuertes para el PRD es recuperar “el posicionamiento como la principal voz de la izquierda en México” y no dejarse ganar territorio por Morena “es un reto territorial”.
Pero sin duda el peor acontecimiento para el perredismo fue la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, ocurrida el 26 y 27 de septiembre de 2014, bajo el gobierno del entonces alcalde de Iguala, Guerrero, abanderado por el PRD, José Luis Abarca Velázquez.
El hecho desencadenó una fractura más. Dirigentes perredistas comenzaron a pedir sus renuncia del partido. Una de las bajas más importantes fue la de Cuauhtémoc Cárdenas, el 25 de noviembre de 2014, después le siguieron la del ex jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubón, el 27 de febrero de este año, así como la de decenas de militantes.
La fractura, aunado a ser señalados por trabajar de la mano con el gobierno priísta al firmar el Pacto por México, dejó una crisis política y de credibilidad que se vio reflejada en las urnas. En las elecciones federales del 7 de junio de 2015, el PRD apenas si rebasó el 12% de los votos.
El coordinador nacional de Nueva Izquierda (Los Chuchos), Jesús Ortega, dijo que la dirigencia que quedará instalada hoy deberá hacer del PRD una fuerza política que sea alternativa frente al PRI, no sólo en las elecciones de 2016, sino en las elecciones presidenciales de 2018.
René Bejarano sostuvo que el líder debe reconectar con la militancia, unificar al partido y elegir a buenos perfiles para 2016.
Sobre elegir a Basave como presidente del PRD, el analista Mauricio Merino dijo que “es una alternativa que podría salirles bien”.