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alberto.morales@eluniversal.com.mx
Jorge Luis Lavalle (PAN), nuevo presidente de la Comisión de Administración del Senado, afirma que para que la Cámara Alta pueda transparentar cada peso y centavo que reciben los grupos parlamentarios es necesario adoptar un esquema homogéneo de contabilidad.
“Una vez que todos seamos medidos con la misma unidad, y todos reportemos bajo los mismos métodos, en ese momento podremos tener un sistema de información homologado que nos permita medir de qué manera cada uno de los 128 legisladores está dándole uso a los recursos a los cuales tiene acceso”, asegura en entrevista con EL UNIVERSAL.
A dos meses de asumir la presidencia de la comisión, Lavalle dice que “el objetivo es contar con nuevos criterios de los registros del gasto, de comprobación de los egresos, y toda una serie de procedimientos que marquen de manera clara y transparente bajo qué conceptos los senadores podemos disponer de los recursos, o sea, que no haya discrecionalidad”.
El senador afirma que más allá de discursos mediáticos o “populistas” de que se van a quitar los viajes internacionales o los gastos de representación como las llamadas a celulares, lo que la Cámara Alta necesita es gastar menos y hacerlo de forma eficiente.
“De entrada se lleva a cabo un programa de reestructura de proyectos prioritarios del Senado en el cual ya se eliminó una partida de 10 millones de pesos por concepto de un seguro médico de gastos menores, que para este año no se contrató”, señala.
¿Cuándo podremos ver de manera tangible el programa de austeridad del Senado?
—Para que podamos transitar a los mecanismos de transparencia que estén a la altura de la gente tenemos que generar una serie de procedimientos y de criterios, homologarlos entre todos los grupos parlamentarios y que todos nos alineemos a esos métodos.
Una vez que todos seamos medidos con la misma unidad, y todos reportemos bajo los mismos métodos, podremos tener un sistema de información homologado que nos permita medir cómo cada uno de los 128 legisladores le está dando uso a los recursos a los cuales tiene acceso.
¿Ese método es a prueba de fugas? ¿No nos enteraremos en el futuro que un senador tenía otras cuentas?
—Por eso estamos generando esos métodos que fijen cuáles son las reglas del juego. Para ello necesitamos un sistema contable homologado, en el que todos estemos bajo las mismas reglas. Necesitamos tener criterios de los registros del gasto y de comprobación de los egresos.
Lo que queremos es generar disciplina para tener información homologada. Esa información nos permitirá tener un esquema de transparencia con el que podamos medir de manera clara no sólo cómo se usan esos recursos, sino cuál es el rendimiento contra esos recursos que tiene cada legislador. Ahora sí vamos a poder evaluar a los senadores.
¿Qué avance tiene ese sistema?
—Es un tema que se tiene que trabajar con todos los grupos parlamentarios, ya están en eso todos los equipos administrativos de los grupos. Pronto llegará el momento de los senadores de cada grupo parlamentario para que sus administrativos se pongan de acuerdo en ese modelo unificado. Estamos como en un 50% de avance. Ése es un tema que la Mesa Directiva y la Junta de Coordinación Política están trabajando para tomar esos acuerdos.
Cada Mesa Directiva anuncia un plan de austeridad, pero no hay resultados. ¿Por qué este plan será diferente?
—Yo lo que veo en el presidente del Senado, Roberto Gil (PAN), es responder y solidarizarnos de manera clara con la realidad que vive nuestro país. Si bien en el presupuesto se busca que el gobierno se apriete el cinturón, y el entorno económico es complicado para el próximo año, el senador Gil quiere que la Cámara Alta responda en congruencia con ese entorno.
Más allá de poner criterios específicos y decir que ya no vamos a gastar en celulares, o en cosas que cuando te pones a ver lo que representa del presupuesto del Senado —más de 4 mil millones de pesos— no hay un ahorro significativo, pareciera que son medidas populistas que otra cosa. Lo que necesitamos es gastar menos y gastar de manera eficiente, es decir, que logremos los objetivos planeados con menos recursos.
¿En qué otros gastos se están limitando?
—Se está limitando el tema de gastos en viáticos, tarjetas IAVE, boletos de avión, gastos específicos de comidas y eventos. Estamos tratando de acotar de manera clara todo lo que representa un gasto variable y ponerle reglas específicas para que se traduzca en ahorros de pesos y centavos.
¿Estos ajustes incluyen los seguros de gastos médicos?
—Esos son los temas que se están revisando, partida por partida. En el tema de gastos médicos había una partida de gastos médicos menores, misma que se suprimió por completo, y que representaba cerca de 10 millones de pesos. Lo que se hizo fue de manera más económica: dotar de toda la parte de esos gastos a la enfermería del Senado, lo que representará un ahorro.
¿Qué se necesita para tener un gasto eficiente en el Senado?
—Poner orden y mayor disciplina en el gasto, como limitar los gastos de viaje; en cuanto a los proyectos del Senado se van a priorizar los estratégicos.
¿Cuáles son esos proyectos?
—Hay varios que repercuten en el funcionamiento del Senado, como el problema de los elevadores, los baños, así como algunas solicitudes que hay para mejorar las instalaciones tecnológicas, por ejemplo el Canal del Congreso.
¿Cuál es la meta en ahorros?
—Me parece que los resultados podrían ser mayores al estimado de 34 millones o 35 millones de pesos, esperemos que así sea, porque lo que queremos es demostrar que nos queremos sumar.