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politica@eluniversal.com.mx
El presidente del Senado, Roberto Gil Zuarth (PAN), afirma que no ve poderes fácticos en el proceso de elección de dos ministros para ocupar las vacantes que dejan Olga Sánchez Cordero y Juan Silva Meza en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), sino un diálogo democrático.
Respecto al anterior proceso, en el que fue electo Eduardo Medina Mora, dice que no hubo “mano negra”, ni intereses oscuros e inconfesables, y advierte que se trata de una de las decisiones fundamentales que toma la Cámara Alta, lo cual se sintetiza en que el pleno senatorial elige al poder que arbitra todos los conflictos.
“Las ternas para el relevo en la SCJN de Olga Sánchez Cordero y Juan Silva Meza pueden ser enviadas por el presidente Enrique Peña Nieto en cualquier momento, y cuanto antes lo haga, habrá más tiempo para el análisis de los perfiles que proponga el Ejecutivo”, subraya Gil Zuarth, quien en marzo pasado coordinó el estudio que culminó con la designación del ex procurador y ex embajador Medina Mora en Washington.
Desde hace ocho meses y hasta ahora, el legislador panista sostiene que en el proceso “no hay poderes fácticos”, sino la expresión de una sociedad civil, académicos, intelectuales, partidos políticos y sus expresiones en el Senado.
El presidente de la Corte, Luis María Aguilar, envió al Ejecutivo la notificación de que habrá dos vacantes en el pleno del máximo tribunal. La Cámara Alta espera que el presidente Enrique Peña remita las dos ternas, lo que puede ocurrir en cualquier momento.
¿Se han recibido en el Senado presiones para la elección de los ministros?
—Cada vez hay mayor presencia y activismo social con respecto a esa decisión. Ocurrió la última vez, y en esta ocasión ello expresa gráficamente la salud de nuestro diálogo democrático. Es una buena noticia de que una decisión tan importante tenga un acompañamiento social, una altísima discusión, sobre todo para que se incentive la toma de decisiones cada vez más responsables.
¿Es fundamental analizar los equilibrios en la Corte?
—La Corte refleja y recrea en su interior nuestra pluralidad democrática y social, con perfiles internos y externos, hombres y mujeres, magistrados de carrera, intelectuales, académicos, expertos en el derecho, profesionistas del ámbito jurídico, de profesión en materia penal, civil y administrativa.
¿Listos para recibir las ternas?
—La mecánica es que el Presidente hace la presentación de una terna, y en ella manda un mensaje. Está diciendo qué ve, qué le hace falta a la Corte, quién debe ser ministro o ministra, qué perfiles hay que alentar y qué perfiles necesita el máximo tribunal en determinada circunstancia.
Las tres opciones tienen el apoyo del Presidente, son viables en términos de un acuerdo político, y lo que debe hacer el Senado es buscar cuál genera mayor consenso.
¿Aplican presiones?
—En la mecánica constitucional las presiones son básicamente las que se refieren a una discusión intensísima en el Senado motivada por un entorno muy plural de discusión.
¿Hay organizaciones, partidos, senadores u otros agentes de poder que se expresan?
—Yo no veo poderes fácticos tratando en el Senado de influir en esta decisión de altísima envergadura; es de las decisiones más importantes que tiene el Senado de la República: Es la integración del tercer poder del Estado. Hay que cuidar que tenga neutralidad frente a los conflictos que resuelve.
Así funciona el mundo moderno. En Estados Unidos, los procesos de integración de la Corte son muy complejos en términos políticos, con amplia discusión.
¿La Suprema Corte de hoy está equilibrada?
—Depende desde qué perspectiva se vea. Hay quienes creen que la Corte debe tener una composición mayoritaria del Poder Judicial, con ministros externos; que desde la perspectiva de género el equilibrio no es correcto ahora. La respuesta depende de las coyunturas.
¿Hay otro ángulo de equilibrios, los ministros conservadores y modernos?
—Esta discusión entre conservadores y progresistas, conservadores y liberales es media discrecional y resbaladiza. Los votos se conforman de manera diferente. Veo movimiento de votos de sesión a sesión. No hay dos bloques permanentemente confrontados por una visión ideológica. Hay casos que provocan alineaciones para que se resuelvan en uno u otro sentido, como funciona todo Poder Judicial en el mundo.
¿A trabajar por los consensos?
—A partir de la notificación de las vacantes al Presidente la semana pasada, esperamos las ternas. Tenemos 30 días para una primera vuelta y se prevé una segunda etapa. Si no hay acuerdo, entonces el Jefe del Ejecutivo resuelve en solitario.
Siempre ha habido consenso. A lo más que se ha llegado es a la segunda etapa. No ha habido una crisis constitucional de que el Presidente nombre en solitario a un ministro. Eso significaría que ya fracaso por completo la política.
¿Qué sigue hoy en este proceso?
—En la pasada elección hubo diferentes visiones, hubo quienes se manifestaron en contra, fue una votación que no salió por amplísima mayoría, sino por lo que establece como mínimo la Constitución, que es de dos tercios. Son anécdotas de un proceso específico. De ahí a pensar que hubo mano negra o intereses oscuros e inconfesables, me parece que no es así.
¿Cómo ve los tiempos?
—Tendríamos tiempo suficiente para que el Senado analice las ternas y se pronuncie para que llegue en estos días. Si no logramos un consenso el próximo 15 diciembre, esto se resuelve con un periodo extraordinario de sesiones, o habría que esperar a febrero, que sería una responsabilidad jurídica altamente delicada.