El presidente Enrique Peña Nieto bajó de prisa las escalinatas colocadas al pie del Avión Presidencial tras aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Antalya, el balneario turco donde a partir de este domingo se realizará la cumbre de las 20 economías más importantes del mundo.


Pero el Presidente de México está preocupado. Los ataques terroristas en París detonaron una reacción del mandatario, primero momentos antes de salir de la ciudad de México y luego siete horas durante la escala que hizo en Gander, Canadá.


Pero fue ahí, en tierra canadiense donde, acompañado por la canciller Claudia Ruiz Massieu, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, y su vocero Eduardo Sánchez, conoció el desenlace de los ataques terroristas.


Habían atacado la nación de uno de los mandatarios con los que ha construido una relación institucional y personal, de amigos verdaderos: Francois Hollande. "Aún no he hablado con él", dijo Peña a los reporteros que lo acompañan.


Pero en el equipo compacto del Presidente hay sentimientos de preocupación, coraje, solidaridad.


En octubre de 2012, el presidente Peña conoció al presidente Hollande en el Palacio del Eliseo,  y se entrevistaban y saludaban en la mayoría de los foros internacionales donde coincidían.


Nos recuerdan que una visita del francés a México, Peña Nieto lo llevó del Campo Marte a Palacio Nacional y a Teotihuacán, y en un viaje del mexicano, Hollande lo acompañó por Campos Elíseos, el Palacio del Eliseo y Marsella. Así se cercana es su relación.


Nos comentan que el Presidente Peña en cualquier momento hablará con Hollande para expresarle personalmente la solidaridad del pueblo de México con el de Francia.


Ya es de noche en Turquía, Hollande no llegará a la Cumbre del G-20, pero la solidaridad de Peña, nos dicen, está con París.

cg

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