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El ex delegado de Iztapalapa, el perredista Jesús Valencia, se sincera y ahora en la Cámara de Diputados reconoce que en diciembre, cuando chocó una camioneta de uno de sus proveedores en la demarcación, se equivocó, decepcionó a muchos y puso en riesgo a un gobierno.

En entrevista con EL UNIVERSAL, quien fuera uno de los hombres más cercanos a Marcelo Ebrard y hoy integrante de la corriente Alternativa Democrática Nacional (ADN), teme que este accidente lo persiga mediáticamente, pero está dispuesto a no volver a cometer un error de ese tamaño, incluso dice que se siente arrepentido porque puso en riesgo a su familia.

Rechaza que haya manejado ebrio y reitera su versión: venía saliendo de una crisis personal muy fuerte y el medicamento que tomaba le afectó al grado de no recordar cómo pasó. Recuerda que los regaños vinieron después, principalmente de su mamá.

Después de estar unos meses trabajando con bajo perfil, Valencia dice que no se va a esconder en el fuero de diputado y está dispuesto a comparecer, incluso como legislador, ante las instancias locales que lo requieran. Pese a que tendrán sólo 61 diputados, Valencia prevé que tendrán una bancada fuerte, que deberán trabajar duro para hacer más que los 100 diputados que tenía el PRD en la 62 Legislatura.

¿Cómo se siente? Es diputado electo y arranca una Legislatura con muchos pendientes...

—Estoy contento, estudiando mucho para entrar con buenos temas, entrarle al buen debate y buenas propuestas. Vamos a priorizar temas como la reforma política que se quedó pendiente y tenemos que ver si se va a retomar con las mismas condiciones, porque es un tema que no se debe suspender, una nueva Ley del Agua que no tenga vicios de privatización. También transparencia y anticorrupción.

¿Cómo ve la bancada del PRD?

—Bien, fuerte. Vamos a ser 61 legisladores federales; creo que llegamos con una gran responsabilidad porque tenemos que hacer lo mismo o más que 100 legisladores que salen.

¿Qué línea política van a tener?

—No me gustaría adelantarme, pero yo creo que tenemos que ponernos frente al gobierno, no del lado del gobierno federal, nos tenemos que poner del lado de las buenas causas y no solamente de los partidos o gobierno. Si hay una buena propuesta del PAN que ayude y se vea reflejada en la gente, vamos a acompañarla. Lo mismo para el PRI.

¿Van por una real oposición?

—Así tendría que serlo, no quiere decir que tomemos la tribuna y que hagamos política a golpes, que hagamos una política de oposición seria, fuerte y férrea, que digamos cuando no estamos de acuerdo y no por sacar una cosa entreguemos otras. La política es de equilibrios, tenemos que apoyar todas las iniciativas, vengan de donde vengan, del partido que sea, pero que beneficien a la gente.

¿Descarta tomas de tribuna?

—No me gustaría que eso pasara, esperemos que no haya atropellos o más barbaridades para el pueblo de México. Yo no soy muy de la idea de tomar tribunas, nunca me gustaría; he sido gobierno y hay que cuidar ciertas cosas, pero no quiere decir que no protestemos, no permitiremos atropellos a la gente. Si hay atropellos tendremos que radicalizarnos con la mayor cordura posible, no afectando a la institución ni al órgano legislativo, pero tampoco nos vamos a dejar.

¿Habrá una alianza con Morena?

—Yo espero que se dé. Voy a poner mi granito de arena para que se dé. Finalmente todos tenemos una relación con la gente de Morena, y voy a hacer siempre un llamado para que las izquierdas se junten en la Cámara de Diputados y saquemos una agenda de izquierda.

¿Si unieran sus fuerzas PRD, Morena y Movimiento Ciudadano?

—Sí, tendríamos la posibilidad de frenar reformas constitucionales y eso tendría que ser nuestro reto: tratar de frenar reformas constitucionales en principio; es muy difícil leyes secundarias, pero sí reformas constitucionales, y no frenarlas por frenarlas, sino que hay que darle sentido, el por qué vamos a frenar, no podemos ser una oposición del no, pero sí tenemos que ser una oposición que diga por qué no.

Regresa a la política después del choque. ¿Cómo está?

—Yo de la política no me he ido. He estado siempre trabajando. Me siento bien contento y dispuesto a no cometer errores, por lo menos no de ese tamaño, dispuesto a reencontrarme con la gente que se ha portado bien y a los que me retiraron su apoyo o vieron en mí una posible decepción política. Decirles que me equivoqué, soy un ser humano, pero que asumí toda la responsabilidad legal, administrativa y política, y sigo trabajando, no me voy a retirar, no me he ido y he estado enfrentando todo.

¿No iba tomado?

—No, iba con pastillas, que es tantito peor. Lo que me tomé me hizo daño aunque era medicamento.

¿Se arrepiente?

—Sí, me arrepiento, porque puse en riesgo a mi familia, puse en riesgo a mis compañeros que confiaron en mí, puse en riesgo un gobierno, y por supuesto que me arrepiento.

¿No teme que este tema lo persiga y lo estigmatice en la Cámara?

—Yo espero que haya seriedad, porque vamos a hacer política seria y no de juego. Me queda claro que será algo que me va a seguir en mi carrera política, pero algún personaje de la política capitalina decía que iba a ser el Don King de la política, yo no quiero ser ese, yo quiero estar arriba del ring de la política, los errores siempre te persiguen y los tendré que enfrentar.

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