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Salomón Chertorivski va de un lado a otro en su oficina de la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) con el teléfono en el oído. Trata de evitar las fotografías, más tarde explicará: “lo mío no son las fotos”, lo cohíben.
Sin embargo, cuando habla del tema del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) su situación cambia, conoce el tema y se desenvuelve como pez en el agua.
El gobierno del Distrito Federal abrió el debate sobre qué se debe hacer en las 710 hectáreas que conforman el actual AICM, que representan alrededor de 1% el territorio urbano de la capital del país, y que con una buena planeación ayudará a potencializar el desarrollo de la zona oriente.
El tiular de la Sedeco es uno de los designados para poner este tema en la mesa de discusión, por lo que adelanta que tiene planeado realizar un par de foros para decidir cómo utilizar ese espacio, porque si bien no tienen una idea preconcebida, la administración asegura que los capitalinos deben ser tomados en cuenta.
En entrevista en sus oficinas —ubicadas sobre la estación Eugenia de la Línea 3 del Metro—, Salomón Chertorivski comenta a EL UNIVERSAL que se tiene que abrir un gran debate y consultar a los habitantes de qué se debe hacer, independientemente de que hoy en día sean terrenos federales.
¿Cómo van a decidir sobre un terreno federal?
—Es interesante, porque efectivamente el aeropuerto es un terreno federal, sin embargo, los usos de suelo son locales, es decir, lo que se puede o no hacer ahí depende de la decisión que tome la ciudad y los capitalinos en coordinación, en diálogo respetuoso, serio, firme, con el gobierno federal, como lo hemos tenido.
¿Son los capitalinos los que tendrían que decidir al respecto?
—Por supuesto, los capitalinos deben de llevar la mano, es decir, estamos discutiendo aquí la oportunidad de plantear cerca de 1% del territorio urbano de nuestra ciudad.
¿Se tomaría la opinión de toda la ciudad o estaría focalizada a la zona donde impacta directamente?
—Nosotros creemos que es un proyecto de la ciudad y que los capitalinos en su conjunto tienen algo qué decir, pero por supuesto, es un terreno que está completamente en la delegación Venustiano Carranza y quienes ahí habitan, los vecinos y la propia delegación, tendrán una opinión importante en la reflexión.
¿Qué representaría en términos reales este territorio? Se puede tener un bosque, una zona de desarrollo, empresas, construir vivienda, ¿qué se puede hacer?
—Quisiera reiterarlo, porque sí nos lo creemos. No hay ninguna idea preconcebida. Pero todo lo que mencionas cabe y déjame darte una idea de la dimensión: 710 hectáreas son más que todo Chapultepec con sus tres secciones, son más que Ciudad Universitaria, es prácticamente lo que representa toda Santa Fe.
Es un terreno que permite pensar en todo un bosque, parque e incluso planteamientos hídricos, educativos, culturales, de vivienda, de clusters, es lo suficientemente amplio para pensar igualmente amplia, y reitero, está a un paso de nuestro Zócalo capitalino.
Representa el desarrollo económico y social de todo el oriente de nuestra ciudad y, por supuesto, de los municipios de esa zona del Estado de México; es decir, es un proyecto en el cual se puede apuntalar la transformación urbana y el futuro económico y social de toda una región, y lo que ahí se plantee va a ser fundamental.
Yo diría quizá como precepto y tal vez más personal, no quisiera ser repetitivo, pero no se tiene una idea preconcebida. En un principio a mí me parece que no caben ni el conservadurismo a ultranza ni tampoco la depredación desarrolladora, creo que en medio de esto existe una gama enorme de posibilidades que tenemos que ir explorando.
¿Sería una ciudad modelo, dentro de una gran ciudad?
—Yo creo que sí, porque además lo que nos da oportunidad es la de plantear en esas 710 hectáreas mucho de lo que a la postre tendría que ser la reconversión de la propia ciudad; es decir, muchas de las soluciones de movilidad, energía renovable, tratamiento de basura, que se pueden pactar en el planteamiento original y en la conceptualización original de hacia dónde se tiene que ir, pues serán el modelo de ciudad que replicará hacia lo demás.
En términos económicos, ¿qué representa este territorio?
—Bueno, hoy el aeropuerto en sí mismo es una unidad económica importantísima. Tenemos cálculos de que el aeropuerto puede representar 5 mil millones de dólares al año.
El titular de la Sedeco reconoce que este es un proyecto a largo plazo, en el que a esta administración no le tocará ni siquiera colocar la primera piedra; empero, asegura que es necesario poder sentar las bases de hacia dónde se quiere ir.
Admite también que en este caso los temas políticos podrían influenciar en la toma de decisiones, pues no hay que olvidar que en el año 2018 habrá elecciones presidenciales.
“Yo quisiera pensar que se pueda dar en ocho o 10 años, pero otra vez aquí los tiempos sí corren, a partir de cuándo se muden, es decir cuando empiece a operar el nuevo aeropuerto es que puede cerrar el actual y es así de claro, pero creo que esto nos debe de servir para madurar en el ánimo de planeación.
“Son proyectos de largo plazo que no los vamos a ver resueltos en seis meses, que no los vamos a ver construidos en las próximas semanas”, precisa el funcionario del gobierno del Distrito Federal, quien a sus espaldas tiene una edición reciente de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que incluye las reformas que impulsó el presidente Enrique Peña Nieto.
Además de la Carta Magna, en su escritorio destacan la tradicional bandera, la infaltable imagen del jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, mientras que en uno de los estantes hay un balón de basketbol firmado por sus ex compañeros de la secretaría de Salud.
Es el deporte que le apasiona, pero con un dejo de nostalgia reconoce que por problemas en la rodilla no puede practicarlo.
Si bien el funcionario habla con fluidez sobre los pasos a seguir en el AICM, cuando se le pregunta sobre el debate que abrirá con el gobierno federal, se muestra cauto.
¿Cómo convencer al gobierno federal de esta propuesta?
—Creo que con trabajo responsable, serio, coordinación, diálogo y, bueno, haciéndonos cargo cada quien de nuestras responsabilidades y, en este caso, de parte del gobierno de la ciudad tomar en cuenta la decisión de todos los capitalinos.
No veo que el gobierno federal no quiera meter mano en este proyecto.
—Creo que el gobierno federal estará en la mejor intención de trabajar con el gobierno de la ciudad, porque, reitero, es un proyecto en donde todos tienen que poner, no se puede hacer unilateralmente, no lo puede hacer nadie solo, tiene impacto regional, están involucradas otras entidades y otros órdenes de gobierno, pero por eso respetuosamente lo que decimos es que tiene que existir la opinión de la ciudad y eso es lo que estamos construyendo.
¿Ya tuvieron un primer contacto el gobierno federal sobre este tema?
—Siempre ha habido un diálogo respetuoso al respecto.
¿Qué se ha platicado al respecto?
—Que vamos a iniciar los foros, están invitados, el gobierno federal participa en los foros.
¿Están dispuestos a entrarle?
—Han aceptado la invitación a participar en ambos foros, gustosos, ha habido una extraordinaria comunicación y mucha receptividad tanto del secretario (Jesús) Murillo Karam, como del secretario (Gerardo) Ruiz Esparza, entonces yo estoy convencido que lo que hay hasta hoy es un diálogo, el cual continuará.
Dichos foros se realizarán el 22 y 23, en los que se buscan retomar ideas de los que se hizo en otros países, donde mudaron sus aeropuertos del centro de la ciudad, como es el caso de Berlín, Alemania; Quito, Ecuador, y Austin, Texas, en Estados Unidos.
“Junto con ellos tenemos, por supuesto, la reflexión y opinión del gobierno federal y algunas ideas de arquitectos, urbanistas y gente que ha estado pensando en estas cosas a lo largo del tiempo.
“Creemos que con eso vamos a redondear una primera etapa de especialistas, en el ánimo todo el tiempo de que la discusión sea pública, transparente, democrática y que haya cabida para escuchar todas las voces y opiniones”, afirma Chertorivski, quien dice que ya están listos los foros para iniciar el debate ciudadano.