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Sí hay “monedita de oro” en la política. Izquierda, derecha, centro, todos abrazan a Manlio Fabio Beltrones en el salón de la Comisión Permanente que le ha extendido la licencia para separarse del cargo, ya, en ese instante, como paso previo hacia el liderazgo nacional priísta.

La oposición, esa que va con todo contra el PRI y sus aliados, aquí en el salón del pleno de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, como se diría en el léxico priísta, “cierra filas” y con oradores de calibre exalta la figura y la trayectoria del sonorense.

Beltrones Rivera deja de ser legislador, después de 12 años continuos. Vive la última hora de ese rol al que lo remitió, sin duda, la salida del PRI de Los Pinos, en 2000, temporada de reconstrucción de trayectorias priístas. Fue a la Cámara de Diputados (2003), al senado (2006) y de nuevo a San Lázaro, donde fue el líder de los tricolores.

Hoy, pasado el mediodía, es momento de cosecha para Beltrones. En efecto, asiste a un “concurso de elogios”, como dirá el perredista Fernando Belauzarán al ofrecer los suyos. El sonorense, desprovisto del donaire con el que una y mil veces partió plaza en el salón de sesiones, ya de los diputados, ya de los senadores, escucha el curso de la sesión.

Manuel Añorve, de los suyos, dice: “Nos sentimos muy orgullosos y complacidos; es un hombre de palabra y un político de talento”; Lilia Aguilar Gil (PT), la enérgica diputada, confiesa que en San Lázaro, en Beltrones “conocí más allá de la leyenda”. Y dice: es educado, analítico, franco, con sentido del humor, que se burlaba de sí mismo, siempre estratégico. “Conmigo, paciente al extremo, confieso”.

Pasan Tomás Torres Mercado y Gerardo Flores (PVEM), y cuando la atmósfera ya es de tono muy beltronista, toca hablar a Belauzarán, que dice: “Todos reconocemos en Manlio Fabio Beltrones a un político serio, de palabra, de confianza. Así lo hemos conocido”. Pero abre el reto al debate político intenso, fuerte, respetuoso. Mucho éxito, le desea.

El hombre escucha. Marca el entrecejo, como ojal de la alcancía del tesoro que oye. Las manos en puño frente al mentón. Se ha parado a encontrar a cada orador para agradecer con ademanes de respeto y gratitud que impresionan a quienes le dan esa despedida inusual.

José González Morfín (PAN) añade: “El siempre cumplido Manlio. Tener un político con palabra es un valor agregado que todos debemos agradecer”.

Emilio Gamboa dice que la historia ya refiere al que se va. Cierra los parabienes, el presidente de la Comisión Permanente, Miguel Barbosa (PRD).

Siguen sonrisas, apretones de manos, abrazos, grupos para felicitarlo en la izquierda y en la derecha.

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