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jorge.ramos@eluniversal.com.mx
David Razú, aspirante a la presidencia nacional del PRD, acusa que Nueva Izquierda es la principal responsable de la crisis perredista que se vive hoy, y refiere que su participación en el Pacto por México “golpeó y afectó” la credibilidad del partido del sol azteca.
Advierte que un simple relevo en la dirección partidaria es ocioso y para que no sea un simple ejercicio de gatopardismo, el presidente del PRD que se elija en septiembre debe ser de transición y con compromisos como desvincular los procesos de afiliación de sus corrientes para acabar con la dañina política de cuotas.
Adscrito a la corriente Foro Nuevo Sol, fundada y encabezada por Amalia García Medina, Razú rechaza en entrevista con EL UNIVERSAL que desaparezcan las corrientes en el partido.
¿Qué ve mal en el PRD?
—El PRD ha perdido de manera muy importante su vínculo con su propia militancia. Por otro lado veamos de dónde viene todo el problema: yo sí creo que hay que ser sinceros y autocríticos de la participación del PRD en el Pacto por México. Es muy claro y conciso que golpeó y afectó la credibilidad del partido, no por participar sino cómo lo operas. En la reforma energética no fuimos capaces de atraer a la gente que estaba en contra.
¿Alianzas?
—No ser tan pragmáticos de decir ‘vamos con este candidato aunque no se comprometa con el programa del PRD’. Los partidos políticos no pueden ser un producto de mercadotecnia porque alguien es el más popular.
A Rafael Moreno Valle ustedes lo apoyaron y en 2018 podría suceder lo mismo…
—Es el ejemplo más claro, va con nuestras siglas y ve las cosas en Puebla, una situación de mal en peor desde la perspectiva de izquierda. Si quieres poner un ejemplo de un gobierno distante de los preceptos de izquierda... pues Moreno Valle.
¿De qué tamaño es el daño, está en riesgo de desaparecer el PRD?
—Desaparecer, no. Es un buen momento para la reflexión pero que no sea autoflagelación. Luego decimos que estamos muy mal, lejos de la gente, todos los lugares comunes, pero a la hora de transformar simple y sencillamente cambiamos los nombres y se dejan las estructuras iguales, seguirán los problemas de clientelas, de no representación de la sociedad.
¿Qué plantea?
—El PRD necesita reconciliarse con el movimiento social de izquierda. Es un lugar común decir que hay que cambiar ‘estructuralmente’, pero si sólo se dice y no se establecen mecanismos estatutarios que eviten el predominio de los intereses de corriente se quedará en mero discurso. Para que el relevo transitorio no sea un simple ejercicio de gatopardismo es necesario que se convoque a la militancia y a la sociedad civil al rediseño de la línea política; que los gobiernos perredistas se apeguen fielmente a ese programa; abrir un proceso de afiliación permanente y abierto a toda la ciudadanía, desvinculado de corrientes, única forma de acabar con la dañina política de cuotas, y una elección de dirigentes organizada por el INE.
¿Una dirigencia de Nueva Izquierda sería dañina?
—No es un problema de quién…
¿Si llegara José Woldenberg?
—Bueno, él es incluso fundador. Pero de verdad yo veo difícil cualquier escenario de esa naturaleza.
¿La corriente de Los Chuchos acabó con el partido?
—Los Chuchos han tenido el control mayoritario y mayor espacio de decisión en el PRD, si hoy las cosas están mal lo tenemos que asumir primero como un colectivo, pero desde luego la corriente que ha llevado mano en esas decisiones tiene su parte qué reconocer. ¿Su conducción no nos ha llevado a un buen lugar? Pues entonces su actuar no ha sido claramente el mejor.
¿Hay que jubilarlos?
—No, jubilarlos es cosa de ellos.
¿Es necesario que desaparezcan las corrientes internas?
—No.
—¿Tiene futuro el PRD?
—No tengo ninguna duda [que sí].
¿A pesar de Morena?
—Sí.
¿Por qué perdieron las elecciones en el Distrito Federal?
—Por desvinculación entre el partido con militantes y electores, al PRD se le fue percibiendo más pro sistema y menos transformador. La ciudad [capital] es ejemplo del país, la gente votó en contra de PRI, PAN y PRD. En el DF se fueron con Morena y en el estado de Nuevo León con un candidato independiente [a gobernador], El Bronco.