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francisco.resendiz@eluniversal.com.mx
En el último acto público de la Visita de Estado del rey de España, Felipe VI, a México señaló ante el presidente Enrique Peña Nieto:
"Y es que nos cuesta mucho decir: adiós, a México, decirles: adiós, a los mexicanos. Y por eso sólo se me ocurre, señor Presidente, pedirle un último favor, que nos permita, a la Reina y a mí, dejarles un pedacito de nuestro corazón aquí, en tierra mexicana. Hasta siempre, hasta pronto México".
Minutos después, en el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguerez, el presiente Peña le respondió:
"Aquí deja, Su Majestad, un pedacito de su corazón. Pero, también, en ese corazón que deja en México, es el que nos hermana y que hace que esta Alianza Estratégica permita construir un porvenir más próspero para nuestras sociedades. Pero lo más importante, permite reafirmar esta relación de amistad, que es inquebrantable".
En el marco del Evento "Relación comercial, turística y de los Vínculos México-España", el rey fue emotivo al despedirse de los mexicanos.
"Decía Salvador de Madariaga que para los españoles América es una emoción. Y ese es el sentimiento que me invade en la última ocasión en la que voy a dirigirme públicamente a usted (el Presidente de México), a su esposa y a todos los presentes en esta visita, y a través de ustedes al querido pueblo mexicano".
Agregó: "No es mucho tiempo y, sin duda, México requiere y merece mucho más para disfrutar de su grandeza, su diversidad y su generosidad tan rotunda. Como tampoco dudo de que en estos tres días hayamos dado, señor Presidente, un impulso extraordinario a las relaciones de México y España.
"Pero, sobre todo, y lo que es más importante, hemos acercado mucho más a mexicanos y españoles. Hemos aproximado mucho más a dos pueblos hermanos, que se admiran, se respetan y se quieren".
Dijo que tenía sentimientos recíprocos, pero cuando llega el momento de regresar a España "se me hace difícil expresar con palabras la emoción que sentimos la Reina y yo al despedirnos de México.
"Podría decirles que nos llevamos muy adentro su cercanía, que les damos millones de gracias por su amabilidad y generosidad durante estos días, que esta visita será, para la Reina y para mí, inolvidable y quedará siempre en nuestra memoria. Todo ello es cierto, sin duda, pero no sería suficiente, ni tampoco respondería realmente a lo que sentimos... Y es que nos cuesta mucho decir: adiós".
afcl