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phenelope.aldaz@eluniversal.com.mx
La ceremonia en la que se nombró huéspedes distinguidos a los reyes de España Felipe VI y Letizia, y la entrega de las llaves de la ciudad de México, se convirtió para los monarcas en una invitación a ser chilangos.
Apenas iniciaba su discurso, el rey Felipe VI rompió con la seriedad del protocolo, causando risas tímidas entre quienes se encontraban en el Salón de Cabildos del Antiguo Palacio del Ayuntamiento.
“Es para nosotros una invitación a convertirnos en chilangos y a formar parte de la apasionante aventura cotidiana, que es sentirse ciudadanos de una de las ciudades más bellas y fascinantes del mundo”, expresó tras recibir la condecoración.
El monarca Felipe VI no escatimó en halagos para la ciudad: tolerante y diversa, innovadora y ejemplo de políticas antidiscriminatorias, de igualdad y desarrollo, “que camina con fuerza hacia el futuro”.
Mientras el jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, respondía a los cumplidos con una enorme sonrisa, el rey recordó los lazos históricos que unen a España con la ciudad de México, desde la fundación de la Nueva España hasta el exilio español el siglo pasado.
“Desde el principio de nuestra historia compartida hispano-mexicana ha habido españoles en la ciudad de México y hoy sus habitantes, como los del resto de esta gran nación, comparten lazos de sangre y de cultura con España”, dijo.
Acompañado por el magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia del DF, Édgar Elías Azar; el presidente de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa, Manuel Granados, y miembros del gabinete, Mancera también recordó el pasaje.
“Recordamos un evento que marcó profundamente nuestra historia contemporánea, la política que implementó en su momento el general Lázaro Cárdenas en la ciudad de México, en donde se recibió a muchos españoles que venían buscando un lugar donde encontrar una mano amiga y unos brazos abiertos, y así sigue teniendo la mano extendida y los brazos abiertos para España”, destacó.
Trabajo conjunto. Los reyes arribaron a la sede del GDF antes del mediodía; al pie de las escalinatas los recibió el jefe de Gobierno. Al llegar al primer piso se trasladaron hacia el Salón Virreyes, antesala al Salón de Cabildos, donde permanecieron con sus comitivas por algunos minutos.
Luego, se dio paso al protocolo. El rey Felipe VI convocó al gobierno capitalino a trabajar en conjunto para afrontar los retos de las metrópolis del siglo XXI, en temas como movilidad, urbanismo,medio ambiente, salud, educación, seguridad, gestión del agua, entre otros.
Tras la ceremonia oficial, los reyes de España regesaron a las escalinatas del edificio. Posaron con Mancera Espinosa para la foto oficial: con manos estrechadas y las banderas de México y España como marco.
