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Los resultados de la pasada jornada electoral sólo revelan el hartazgo ciudadano, y la urgencia de un cambio en el sistema de partidos, aseguró la Arquidiócesis Primada de México en su editorial del semanario católico "Desde la Fe".
A pesar de la baja participación, el 47% de los inscritos en el padrón nacional, "la voluntad ciudadana dio paso a situaciones inéditas, cuestionando el régimen actual y reconfigurando escenarios electorales para terminar con hegemonías que se pensaba eran imposibles de acabar", señaló.
En primer lugar, dijo, el estreno de las candidaturas independientes que son buen indicio para dar un respiro de aire fresco frente al tufo podrido de los partidos políticos, al confirmarse los triunfos de aspirantes sin partido a una gubernatura, a presidencias municipales y a una curul en el Poder Legislativo.
En segundo lugar, agregó, el mapa político del Distrito Federal cambió, y la jornada electoral puso fin a la hegemonía amarilla que venía avasallando en delegaciones y en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF).
Desde 1997, recordó, la Ciudad de México fue sometida al control de un partido que, por falta de competencia y renovación, se enquistó en el poder para confiarse falsamente en un respaldo perpetuo.
La editorial titulada "Después de las Elecciones", concluyó que las
elecciones del pasado 7 de junio manifestaron el fastidio popular hacia el tripartidismo; así lo revelan los magros porcentajes nacionales obtenidos por los contendientes.
Consideró que es urgente recuperar la credibilidad en el sistema democrático para superar los graves niveles de abstencionismo.
Por lo pronto, afirmó, no puede decirse que las cosas sigan igual, puesto que la ciudadanía manifestó su voluntad, no por partidos sino para cambiar las cosas antes de que sea demasiado tarde.
Recordó que los obispos de México se han pronunciado para que, después del proceso electoral, se privilegie el fortalecimiento de la familia, de las instituciones educativas, laborales, culturales y sociales, promoviendo el respeto a la vida y los derechos de las personas.
"Y lo más importante es que la democracia merece más que un sistema de partidos políticos, ahora estupefacto por el descontento ciudadano manifestado en las urnas", destacó.
ahd