Desde que tomó protesta como presidente nacional del PRD, en octubre de 2014, a Carlos Navarrete Ruiz le han puesto sobre su escritorio al menos 40 renuncias, entre estas de quienes eran figuras importantes en la vida del partido del sol azteca desde que se fundó en 1989, como el otrora llamado líder moral Cuauhtémoc Cárdenas y Alejandro Encinas.

Las cartas de renuncia van en una misma línea: criticar las decisiones que ha tomado Carlos Navarrete Ruiz como presidente nacional y el señalamiento de que el partido ha desdibujado su postura de izquierda pensante frente al gobierno federal.

El 25 de noviembre, a escasos 50 días de que la actual dirigencia tomara las riendas del partido, recibió su segundo gran golpe después del caso Iguala con la desaparición de 43 estudiantes normalistas. Ese día, tras una reunión con Navarrete, Cárdenas presentó su renuncia de manera irrevocable a las filas perredistas.

“Ante la disyuntiva de correr el riesgo de compartir responsabilidades de decisiones tomadas por miopía, oportunismo o autocomplacencia en las que no haya tenido cabida la autocrítica, he preferido correr el riesgo de recibir críticas válidas o no según se les quiera ver, y optar por decidir de acuerdo a los principios que he sostenido y me han servido de guía en mi comportamiento público y privado”, indica un extracto de la carta firmada por el ingeniero.

La desbandada. A partir de enero de este año comenzó la desbandada de las filas perredistas. A Cárdenas le siguieron nombres de distintas corrientes que agrupan al sol azteca. Entre ellos Alejandro Encinas, senador de la República, quien el 22 de enero pasado decidió abandonar al partido que fundó bajo la crítica de que la izquierda “no puede mantenerse en la mediocridad”.

“Se requiere la unidad que rescate valores y principios, así como superar los márgenes de partidos políticos hoy profundamente desacreditados”, dijo durante su informe como senador.

Después, el 11 de febrero, Ángel Aguirre Rivero, ex gobernador de Guerrero, también abandonó las filas perredistas. El ex mandatario envió una carta a su líder nacional donde explicaba su renuncia para deslindar al perredismo de cualquier responsabilidad en su actuación como gobernador de Guerrero, ya que se retiró de este cargo tras la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Días más tarde, el 27 de febrero, el exjefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon, se sumó a las filas de quienes decidieron renunciar al sol azteca.

“Como muchos otros, Andrés Manuel López Obrador, Cuauhtémoc Cárdenas o Alejandro Encinas, he llegado a la conclusión de que el progresivo acercamiento de la dirigencia del partido (PRD) al presidente Enrique Peña Nieto y su partido, el PRI, es incompatible con los objetivos y deberes de la izquierda mexicana... desde inicios del 2013 expresé mi desacuerdo con el denominado Pacto por México, veo con tristeza que esa línea se mantiene e incluso se acentúa”, escribió Marcelo Ebrard en su carta de renuncia.

Dimisiones. Por expresión —después del 27 de febrero cuando Ebrard envió su renuncia a la oficina de Navarrete— Movimiento Progresista, liderada por el mismo ex mandatario capitalino, ha sufrido mayores pérdidas de dirigentes y coordinadores.

El 11 de marzo, Agustín Guerrero, su coordinador nacional, dio una conferencia de prensa para anunciar que salía del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

“La actual dirección de los Chuchos y sus aliados han conducido al partido a ser un satélite del gobierno”, indica la carta que Guerrero leyó entre lágrimas.

De esta corriente también salió el senador Mario Delgado, quien presentó su renuncia a principios de enero. Además, desde San Lázaro la diputada federal Martha Lucía Micher dio una rueda de prensa el 19 de marzo pasado donde dijo que al PRD “le hace falta una reestructuración profunda”.

El 5 de marzo, Miguel Elías Moreno Brizuela, ex senador de la República, también presentó su carta de renuncia a la dirigencia nacional perredista. En su misiva, criticó la “ausencia de la dirección política del partido en la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, ocurrida el 26 y 27 de septiembre de 2014.

Sin embargo, también hay figuras de la corriente a Nueva Izquierda —de la que es integrante Carlos Navarrete— que decidieron salir del PRD. Entre algunos están el diputado federal Fernando Zárate Salgado y la diputada de la Asamblea Legislativa del DF, Esthela Damián.

De la tribu Izquierda Democrática Nacional (IDN), que dirige René Bejarano Martínez, han salido Leticia Varela, ex candidata a diputada local en el Distrito Federal, y Alberto Venegas, precandidato a delegado de Tlalpan.

Entre otras salidas figuran la de Polimnia Romana Sierra, diputada de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF); la actriz María Rojo, ex diputada federal y ex delegada de Coyoacán, y Alejandro Rojas Díaz Durán, ex secretario de Turismo del Distrito Federal, cercano a Miguel Ángel Mancera.

“La salida de dirigentes siempre representa una cierta fractura, sin embargo creo que incluso la salida del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas no significa que haya abandonado los principios de la izquierda, sino al contrario eso nos debe de unir la ideología de izquierda”, indicó Ifigenia Martínez, fundadora del PRD y cercana a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.

jram

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