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Los resultados de inflación en Estados Unidos (EU) van a ser fundamentales en la expectativa sobre el momento en que subirán las tasas en ese país.

El Departamento del Trabajo estadounidense informa la evolución de los precios a las 7:30 horas; se prevé un aumento de 1.1% en abril en comparación anual, tras subir 0.9% en marzo.

Ante la recuperación de las cotizaciones del crudo, los precios de energéticos, principalmente de gasolinas, tendrán una significativa incidencia al alza en el dato general. Sin alimentos y energía, se anticipa una desaceleración de 2.1% tras subir antes 2.2%.

De cumplirse lo previsto por el mercado, la inflación subyacente permanecerá en línea con el objetivo inflacionario de la Fed, de 2% anual.

La medida predilecta de inflación del banco central, el gasto en consumo personal excluyendo alimentos y energía, subió 1.7% en marzo.

La inflación tiene una importancia muy alta por su relación con las tasas y porque la Fed tiene como doble mandato garantizar la estabilidad de precios y promover el empleo. La posibilidad de que las tasas suban es de 4% para junio, de 39% para septiembre y de 59% para diciembre, según los contratos negociados en Chicago.

La Fed va a publicar la producción industrial en EU a las 8:15 horas, respecto de la cual analistas pronostican un repunte de 0.3% en abril con relación al descenso de 0.6% en marzo.

Se anticipa que la actividad manufacturera repunte 0.3% luego de caer en la misma magnitud previamente.

A las 11 horas, John Williams, jefe de la Fed de San Francisco y sin derecho a votar, tiene programada una discusión con Dennis Lockhart, su similar en Atlanta y también sin voto.

Otro momento importante para los inversionistas llega a las 18:50 horas, cuando den el resultado de crecimiento económico de Japón.

Analistas esperan un repunte de 0.1% en el primer trimestre con relación al último del año pasado, cuando entonces se contrajo 0.3%.

El dólar acabó vendiéndose a 18.60 pesos en ventanillas de Banamex, su cotización más cara desde el 17 de febrero. Ese día, la Secretaría de Hacienda y el Banco de México anunciaron medidas extraordinarias de política económica que hicieron bajar el precio de la divisa a menos de 19 unidades.

Ayer, el peso mexicano fue la tercera moneda con mayor depreciación dentro del ranking emergente, al perder 0.75%, sólo superada por las divisas de Colombia y Sudáfrica. “No parece haber un solo y claro catalizador del peso mexicano al que esté reaccionando con tanto negativismo”, expresó Daniel Blancas, analista de Banamex.

Los petroprecios subieron por recortes en la oferta de Nigeria y Canadá. La mezcla mexicana ligó cinco jornadas al alza y terminó en 39.87 dólares, su mayor registro desde octubre pasado.

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