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Señor Director:
En relación con la nota publicada el día de hoy en la sección Nación de su diario, titulada “Hija de Monreal, ‘exitosa y próspera’”, suscrita por Dennis A. García y que hace alusiones directas a mi persona, me permito precisar lo siguiente:
Más allá de la pretendida objetividad del texto mencionado el cual, sin embargo, está salpicado por comentarios malintencionados, que se entretejen con las palabras de la carta que yo misma dirigí a esta publicación en fecha reciente, también incurre en falsedades que es necesario aclarar.
El artículo señala que 11 años después de haberme integrado como pequeña inversionista a la sociedad anónima de la cual formo parte, me “posicioné con más acciones de las siete gasolineras que forman parte del consorcio”. Esto es falso e imposible.
En principio, 11 años después de mi integración a la sociedad es la fecha de hoy, pues yo me sumé a la misma hace 11 años. Además, en ese momento sólo se contaba con una gasolinera, no con siete.
Igualmente imprecisa es la afirmación del reportero respecto a que dos años después de iniciado el gobierno de mi padre, Ricardo Monreal Ávila, en Zacatecas, recibí la invitación para sumarme como inversionista al grupo. Esto es falso y una falacia: luego del primer bienio de mi padre al frente de la gubernatura de aquella entidad yo tenía 12 años, estudiaba la primaria y no invertía en consorcios.
Por otro lado, como ya señalé, la única contribución económica que he hecho a esta agrupación fue hace 11 años, por $1,600,000.00, ni un centavo más, y para una sola gasolinera. Las demás fueron posibles gracias al financiamiento que los socios conseguimos por la vía de créditos de instituciones bancarias a lo largo de los años. Al día de hoy, esta empresa tiene un adeudo que supera los 20 millones de pesos. Yo no he percibido ningún recurso por la vía de utilidades.
Todo ello lo demostré puntualmente con los comprobantes anexos a mi carta previa, pero también es información pública que consta en mis declaraciones fiscales, las cuales corroboran mis aseveraciones.
Así también, la nota asegura que la estación de servicio Lomas Bizantinas, que forma parte del consorcio al cual pertenezco, figura como proveedora de servicio del Instituto Electoral del Estado de Zacatecas y que incluso personal nuestro se ha “incorporado a las filas del instituto en momentos electorales”, y refiere el caso de Antonio Morales de la Torre, lo cual es una aseveración engañosa. ¿Cuál es el impedimento para que una persona labore en una institución pública y luego en una privada? ¿Y qué relación tiene conmigo la trayectoria profesional de esta persona? Niego absolutamente cualquier relación con instituciones o personas del órgano electoral. Vivo en la Ciudad de México desde hace más de 10 años y no hago vida política en Zacatecas, por lo que tales conjeturas son al menos malintencionadas.
De otra parte: ¿qué hay de ilegal o inmoral en la operación empresarial que realicé hace 11 años cuando, por cierto, mi padre ya no desempeñaba cargo público alguno, o de ser una hija “exitosa y próspera”? Sí, tuve la enorme fortuna de no padecer las terribles carencias económicas que mi padre sufrió en su niñez y juventud, las cuales pudo remontar exclusivamente gracias a su empeño, estudio y trabajo arduo. Esto le permitió formar una familia a la cual sostuvo con comodidad, pero hace más de diez años que yo soy una mujer económicamente independiente y, gracias a las enseñanzas de mi padre, trabajadora. Sí, he colaborado en instancias públicas y privadas, ¿por qué ello habría de dar pie a suspicacias?
Señor Director, considero que la nota publicada en su diario genera mala fe hacia mi persona, y al ser dolosos y falaces muchos de los juicios en ella emitidos, solicito un espacio de réplica y la publicación de la presente, por el daño moral que me ha sido causado.
Eldaa Catalina Monreal Pérez
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