El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Enrique Graue Wiechers señaló que México, como país, necesita renovarse; tarea colectiva para la cual es fundamental el papel de las universidades e instituciones de educación superior.
En la ceremonia, Graue Wiechers resaltó que la universidad puede crear conciencia a partir de la investigación puesto que en esta época de “eficientismo” es necesario retomar las ideas de Ignacio Chávez sobre la necesidad de la Universidad de seguir su misión para capacitar a las personas para el trabajo y para cultivar su espíritu.
“México necesita renovarse, comenzar a crear conciencia colectiva de que necesitamos renovarnos. No hay enseñanza que se renueve sin investigación que la fecunde. No hay universidad que lo sea, si sólo es repetidora de doctrinas ajenas y no creadora de nuevas verdades”, dijo.
“La concibo como un gran un laboratorio de hombres capacitados para el trabajo técnico pero también para el cultivo del espíritu, imbuidos del respeto a la verdad y de la justicia, y no una fábrica de profesionales y técnicos para generar la sociedad del consumo. Así hay que ver la formación de nuestros estudiantes”.
Esta mañana la institución celebró una ceremonia para conmemorar el 120 natalicio del exrector Ignacio Chávez, quien además fue el fundador del Instituto Nacional de Cardiología, a la cual asistió Juan Ramón de la Fuente, exrector de la UNAM y coordinador del Consejo Consultivo de EL UNIVERSAL; y José Narro Robles, secretario de Salud y exrector de la máxima casa de estudios.
El rector recordó que a la edad de 36 años, Ignacio Chávez fue electo para dirigir la Escuela Nacional de Medicina, antecedente de la Facultad de Medicina (FM). Hasta ahora sigue siendo el director más joven que ha tenido esta entidad universitaria.
Logró que se inauguraran nuevos anfiteatros, auditorios, laboratorios equipados, la creación de la hemeroteca y la renovación de las instalaciones de la biblioteca y de su acervo. Las especialidades médicas cobraron importancia en el plan de estudios y tomaron nuevos bríos las materias quirúrgicas que habían quedado rezagadas.
“Ese fue el gran signo de Chávez: la importancia de la clínica y el que los alumnos recibieran lecciones al lado del enfermo y participaran en la escoleta clínica y en las discusiones de los casos clínicos”, subrayó.
En 1936, Chávez asumió la dirección del Hospital General; desde este puesto luchó por la creación de un instituto exclusivamente dedicado a la Cardiología, lo cual se logró en 1944.
Tras su paso por el Hospital General y el Instituto Nacional de Cardiología, regresó a la UNAM como rector para el periodo 1961-1965, durante el cual implementó reglas más rígidas para el ingreso de los estudiantes y la permanencia de los profesores.
Concibió la Escuela Nacional Preparatoria como la plataforma para despegar la reforma profesional y para lograrlo introdujo el plan de tres años en el bachillerato e incrementó a nueve el número de planteles, a los que se les dotó de modernas instalaciones, bibliotecas y laboratorios.
“Durante los cinco años que duró su rectorado, sobresalió el espíritu de excelencia académica y compromiso humano y social que caracteriza a la Universidad, y por el cual el rector Chávez luchó denodadamente”, destacó.