El ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, se dijo inocente y acusó una persecución en su contra fuera de todo marco legal, que atentaba contra su libertad y sus derechos humanos “sin haber cometido delito alguno”.
“Esa persecución nace por el hecho de ser presidente municipal en Iguala, donde acaecieron actos repudiables de los cuales en forma infamante se me trata de involucrar”, afirmó en un escrito donde solicitó un amparo [que le fue negado], incluido en la averiguación previa del caso Ayotzinapa.
El ex alcalde relató que el viernes 26 de septiembre de 2014, a las 19:00 horas, se realizó el informe de su esposa, y a las 21:00 horas, cuando se retiraron a su casa, el secretario de Seguridad Pública y Protección Civil del municipio —Felipe Flores Velázquez, quien no ha podido ser aprehendido— le informó que “no había ninguna novedad”.
De acuerdo con su relato, a las 21:30 horas recibió otra llamada del secretario, quien le informó que en la central de Iguala se encontraban estudiantes de Ayotzinapa secuestrando camiones. Abarca le pidió a su subordinado que “se mantuviera en calma, que sólo se llevarían los autobuses”.
Minutos después, según dijo Abarca en su solicitud de amparo interpuesta ante el Juez de Distrito de Amparo en Materia Penal en el Distrito Federal, el secretario le informó que había dado parte de los hechos a la Policía Federal de Caminos y le pidió que estuviera pendiente.
“Aproximadamente a las 10 de la noche de ese día me informó el secretario, vía telefónica, que pegado al palacio municipal se suscitaron balaceras y estampida de personas, por lo cual ordenó que se abriera el palacio para que las personas entraran y se protegieran, que no había heridos ni lesionados”, dice el documento.
Más tarde, Flores le informó que una camioneta de la Policía Preventiva fue dañada por personas que iban en un autobús que circulaba por la calle de Álvarez. “Le indiqué al secretario que estuviera alerta. [Según redes sociales] había muertos y heridos, por lo cual hablé al secretario para que investigara”.
Pasada la medianoche le pidió que investigara sobre un autobús accidentado, que resultó ser el del equipo de futbol Los Avispones.
“Al día siguiente, sábado 27 de septiembre, me enteré de las consecuencias graves de los hechos, por lo cual el ayuntamiento tomó la decisión de suspender mi informe de gobierno”. Luego, con el argumento de no entorpecer las investigaciones de la Procuraduría de Guerrero, solicitó licencia al cabildo por 30 días. Se trasladó al DF a entrevistarse con gente del PRD, y hasta el día siguiente se enteró de la orden de presentación en su contra.