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“Piratas” informáticos hackearon ayer a la empresa de espionaje Hacking Team, con sede en Milán, Italia, lo que dejó al descubierto varios archivos en los que se evidencia que entre sus clientes mexicanos están el Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional (Cisen), la Marina, Pemex y los gobiernos del DF, Baja California y Yucatán.
Entre los datos filtrados hay listas de compradores del servicio, facturas y comunicaciones mediante correos electrónicos.
Se destacó un recibo de este 2015 del Cisen, que depende de la Secretaría de Gobernación, por un valor de compra de 200 mil euros. Otros clientes son: la Marina, Pemex y los gobiernos del DF, Baja California y Yucatán, se dio a conocer.
El programa de origen italiano que comercializa Hacking Team se llama Da Vinci, el cual, según la empresa, es capaz de desencriptar las comunicaciones de los “objetivos”, yendo más allá del monitoreo tradicional, que ya realizan los gobiernos, y siendo capaces de hackear los sistemas de protección.
El lema de la empresa italiana asegura que se puede “mirar con los ojos” del espiado todo lo que hace, a quién escribe, qué escribe, qué dice, cuándo y cómo lo dice; y es que se trata de usar el dispositivo como si fuera el mismo usuario quien accede a sus equipos.
El domingo, los datos privados de esta corporación fueron publicados desde la propia cuenta de Twitter de la empresa. Estos tuits ya han sido borrados, pero algunos archivos siguen disponibles.
Tareas legales e ilegales. Mediante sistemas de mando a distancia (RCS), Da Vinci consigue interceptar comunicaciones que otros sistemas no pueden obtener. Expertos señalan que los clientes de este programa son capaces de vigilar correos electrónicos, archivos digitales, mensajería instantánea y conversaciones de Skype, así como otros protocolos VOIP y redes sociales. Sus virus troyanos pueden infectar Windows, Mac, Linux, iOS, Android, Symbian y Blackberry.
Existen dos maneras de capturar de información: una legal y otra ilegal. “Hay una diferencia entre lo que se llama monitorización, espionaje o invasión de la intimidad”, explica Laura Gil, analista de información a través de internet.
Añade que hay sistemas que monitorean todo lo que es público, como los tuits que subimos, y que es lo que se llama “escucha activa” y que sería lícito. Pero luego están otros métodos, como los troyanos, por ejemplo (utilizados por el sistema Da Vinci), que mediante correo electrónico o al bajar una aplicación esconden un programa donde cualquier cosa que se haga en la computadora es capturada y la persona que los descarga no es consciente de que tiene instalado ese sistema.
Da Vinci es un sistema invasivo porque quienes lo tienen en su computadora no saben que existe la posibilidad de que sea sujeto de investigación.