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Washinghton.— Desde la intersección de la calle 12 y la Avenida Pennsylvania, a sólo unas calles de la Casa Blanca, poco más de un centenar de personas decidieron ayer declararle la guerra a Donald Trump con el inicio de una campaña de boicot contra sus hoteles, casinos y productos, y con una declaratoria de persona non grata por la comunidad hispana.
“Yo he venido a agradecerle al señor Trump. Porque gracias a él, hoy millones de hispanos volvemos a estar en torno a una causa común. Hoy hemos venido a este acto gente de Virginia, Maryland y el Distrito de Columbia para repudiar el discurso de odio y para hablarle a nuestra gente de la importancia de involucrarse en política y votar contra aquellos que defienden políticas que están contra los valores de esta nación”, aseguró Gabriela Mossi, presidenta del caucus hispano en el Distrito de Columbia.
Mientras se realizaba la protesta, en la Casa Blanca, el portavoz del gobierno de Barack Obama, Josh Earnest, tachó de “indignantes” los comentarios del aspirante presidencial republicano Donald Trump sobre la inmigración irregular a ese país, y lamentó que pocos republicanos en el Congreso hayan criticado sus declaraciones.
“Hasta ahora me he resistido a comentar sobre sus afirmaciones en ocasiones indignantes. Y creo que con eso he dicho suficiente”, indicó el portavoz del presidente Obama.
Además lamentó que pocos republicanos en el Congreso hayan criticado abiertamente las declaraciones del empresario. “Una parte importante de los republicanos en el Congreso (...) se ha negado a criticar la ofensiva retórica racial de uno de los principales aspirantes a la Presidencia”, dijo Earnest, sin pronunciar el nombre de Trump.
A unas calles de ese lugar, bajo un calor de justicia, decenas de manifestantes desplegaron sus pancartas. En una de ellas se leía: “Nosotros, el pueblo, declaramos a Donald Trump en bancarrota moral... Estás Despedido!!! (sic)”.
En medio de esa concentración, cinco “simpatizantes” de Donald Trump decidieron colocarse en la contraesquina para desplegar pancartas a favor de su candidatura presidencial.
La voz de los líderes comunitarios respondió: “No vamos a dejar que Donald Trump y su discurso de odio queden sin castigo. Por eso pedimos a nuestra gente el boicot de sus hoteles, de sus casinos, de todos sus negocios”, aseguró José Gutiérrez, de una coalición de organizaciones defensoras de las comunidades migrante y gay, concentrada bajo el cartel de apertura del Hotel Trump en 2016.
“Hemos venido a decirle a la comunidad y a la opinión pública internacional que Donald Trump no habla por el pueblo estadounidense”, aseguró a EL UNIVERSAL el senador estatal por Maryland, Jamie Raskin.
“Es lamentable que desde el Partido Republicano no haya una postura de mayor firmeza y rechazo contra el discurso de odio del señor Trump; él sólo habla por un sector extremista”, dijo.
Un día después de que el presidente del Comité Nacional Republicano (CNR) pidió al empresario atenuar su discurso, desde la oficina de campaña de Trump se insistió que no se retractará de sus opiniones. “El señor Trump dijo que este es un asunto que le importa a la población estadounidense y yo seguiré hablando de esto”, dijo el jueves el director de campaña de Trump, Corey Lewandowski, al recordar una plática entre el precandidato y el presidente del CNR, Reince Priebus.
Con información de Agencias