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Un cohete ruso que transportaba un satélite mexicano sufrió un fallo técnico el sábado y se estrelló en Siberia, en el último revés para la renqueante industria espacial rusa, que ha visto su gloria soviética empañada por una serie de lanzamientos fallidos en los últimos años.
Roscosmos, la agencia espacial rusa, describió en un comunicado el suceso como un fallo técnico y dijo estar investigando lo que había ocurrido. Agencias rusas de noticias citaron a autoridades en el este de Siberia diciendo que estaban buscando la tercera fase del cohete, que se creía habría caído allí.
El cohete, Proton-M, despegó desde el cosmódromo Baikonur alquilado por Rusia antes el sábado. El Proton-M tiene un historial de fallos, que causaron la pérdida de tres satélites de navegación el año pasado.
Roscosmos no proporcionó más información sobre el accidente, como el lugar exacto donde se había estrellado la nave.
Sin embargo, la agencia de noticias rusa Interfax citó a fuentes de la industria que dijeron que el accidente podría llevar a la suspensión de todos los próximos lanzamientos del Proton-M, incluyendo el de un satélite británico el próximo junio.
El cohete llevaba varias toneladas de combustible tóxico cuando se estrelló, lo que planteó el temor a que hubiera podido explotar al tocar tierra.
Los expertos señalan que tras la era soviética, el programa espacial ruso ha sufrido una fuga de cerebros y una progresiva erosión de los niveles de calidad e ingeniería.
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