Las reformas en materia de seguridad, presentadas por distintos actores, están a punto de pasar a la congeladora de San Lázaro y el archivo del suntuoso edificio del Senado. El periodo ordinario de sesiones termina el jueves 30 de abril y las iniciativas pueden quedar en el limbo, nos hacen notar.
No hay un acuerdo parlamentario para sacar adelante el decálogo del presidente Enrique Peña Nieto, que busca el establecimiento del mando único de policía y la intervención federal en los municipios que pudieran estar vinculados con el crimen organizado, nos recuerdan.
Pero tampoco hay consenso para otras propuestas, que también se pueden quedar en el tintero, como el reordenamiento de los cuerpos policiacos del país.
Por ejemplo, las propuestas para eliminar las jornadas de trabajo 24 horas por 24 horas esperan en las comisiones de Seguridad Pública de San Lázaro y el Senado.
Nos hacen ver que el diputado panista Guillermo Anaya y el senador priísta Omar Fayad, presidentes de las comisiones de Seguridad Pública, propusieron un plazo que ya venció para procesar la iniciativa de reforma a la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública, para acabar con los turnos laborales que no funcionan en los cuerpos de seguridad.
A unos días del cierre del periodo ordinario, nos comentan, sería una verdadera pena que se desaprovechara la inédita convergencia a la que llegaron ambas comisiones para avanzar en esta reforma. “Pero aún peor sería perder la oportunidad de dar un paso clave en la conformación de policías profesionales y dignas en nuestro país”, nos dicen los impulsores de la iniciativa.
¿Es un adiós a las reformas de seguridad?