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natalia.gomez@eluniversal.com.mx
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) está lista para la última audiencia, que se prevé se realizará mañana, en torno al caso judicial de los hermanos sinaloenses Luis Alfonso, Simón y José Regino González Villarreal, detenidos en Malasia y condenados a la horca por los delitos de producción y tráfico de narcóticos, en el que se han agotado todos los recursos legales para revertir esta pena inusitada.
Este es sólo un ejemplo del reto que enfrenta la Cancillería mexicana para brindar asistencia consular a los mexicanos detenidos en países de la zona Asia-Pacífico, acusados por delitos contra la salud o relacionados con operaciones de narcotráfico, ante la dureza de las penas que se imponen y la complejidad de sus sistemas legales.
Hoy 105 mexicanos están presos por tráfico de droga en alguna de sus modalidades en esa región del mundo, a los que las autoridades mexicanas brindan alguna asistencia jurídica o les da seguimiento.
Se trata de 29 connacionales sujetos a proceso, además de 74 que ya cumplen alguna sentencia, y dos más están aún sujetos a investigación para determinar su participación en estos ilícitos.
De acuerdo con la SRE, en prisión están ocho mexicanos en China e igual número en Hong Kong; en India hay un procesado por delitos contra la salud y uno más cumple condena en Indonesia. El caso más conocido son los tres hermanos en Malasia.
El mayor número de mexicanos ligados al negocio de la droga que están en cárceles de esa región son 75 en Japón, de los que 59 están sentenciados; hay siete más en Australia y dos en Nueva Zelanda.
El trabajo consular ha aumentado en la región asiática en casos de pena capital, pues en China existen dos detenidos por tráfico de droga y con posibilidad a que se les sentencie a pena de muerte.
“Los recursos de litigio en China son mucho más complicados que en Malasia porque la parte provincial tiene mucho peso”, reconoce Reyna Torres, directora general de Protección a Mexicanos en el Exterior de la SRE.
Hay 16 mexicanos detenidos en prisiones chinas, ocho de ellos en las áreas que atiende el consulado de México en Guangzhou y ocho más en Hong Kong. De esos casos, nueve están en proceso y siete han sido sentenciados.
Los dos mexicanos detenidos en China y cuyo caso podría llegar a la pena capital, trasladaban droga desde tierra azteca al país asiático y uno de ellos tiene la doble nacionalidad, aunque esta última no es reconocida por las autoridades chinas.
“El de Malasia fue un caso complicado, estamos en la última fase que se encuentra en el Tribunal Supremo o la Corte Federal en ese país, se argumentarán en esta instancia fallas procesales en el manejo de la cadena de custodia de la evidencia. Esta es la penúltima instancia, después de que pase por este último proceso sólo queda pedir clemencia”, explicó Euclides del Moral, director general adjunto de Protección de la Cancillería mexicana.
Torres reconoce que entender la legislación de un país donde la forma de ver la pena de muerte es diferente, sí resulta complejo.
“Por supuesto somos respetuosos de las leyes del país, nos ha costado trabajo entenderlas en Malasia, pero hemos tenido la buena decisión de contratar abogados que nos ayuden a navegar el proceso y que están asesorando a la embajada y a nosotros; además, de los abogados defensores que ellos mismos contrataron se hace un acompañamiento”, comentó.
Adelantó que en el caso de los dos mexicanos con posibilidad de ser sentenciados a pena de muerte están siguiendo el mismo procedimiento al tratar de que haya un abogado específico que ayude a la embajada en China a cargo de Julián Ventura.
El caso de Malasia. El embajador de México en Malasia, Carlos Félix Corona, ha dado prioridad al caso de los hermanos originarios de Culiacán.
“Los ha visitado, uno de ellos estuvo enfermo y nos aseguramos de que recibiera la atención debida. Hemos entregado cartas de familias, insumos de cuidado personal y apoyo a sus familiares para que viajen a Malasia. Un poco para que el ánimo de ellos no esté tan comprometido en este tiempo de incertidumbre”, dijo Torres.
Parte de la estrategia diplomática, además de los recursos legales, ha sido acercarse a países que tienen una posición afín en el tema de pena de muerte, como los de la Unión Europea, y formar un equipo ante las autoridades de Malasia para exponer la posición de manera conjunta. Sin embargo, en Malasia no se han detenido las ejecuciones ni de australianos, aun siendo vecinos con excelentes relaciones.
De acuerdo con Del Moral, este jueves podría confirmarse la sentencia de muerte en la horca, pero ello no implica, dijo, una ejecución inmediata, ya que de acuerdo con la información con la que cuentan, pueden pasar varios años antes de la decisión de la ejecución, especialmente porque de inmediato se pedirá el indulto.
Los hermanos González Villarreal fueron detenidos el 4 de marzo de 2008 por la policía malasia en la ciudad de Johor, cerca de una nave donde los agentes hallaron 29 kilogramos de metanfetaminas. Los detuvieron junto a un ciudadano malasio y otro de Singapur, quienes también están condenados a muerte.
Los mexicanos han dicho que fueron contratados para limpiar el lugar y que no sabían más, mientras que la fiscalía insiste en que encontraron restos de droga en sus ropas y en las manos. El Alto Tribunal de Kuala Lumpur condenó en mayo de 2012 a los mexicanos a morir ejecutados en la horca, sentencia que confirmó el Tribunal de Apelaciones un año más tarde.