El gobierno de Estados Unidos notificó ayer formalmente a la Organización de Naciones Unidas (ONU) su intención de retirarse del Acuerdo de París, como anunció hace dos meses el presidente Donald Trump; sin embargo, Washington seguirá participando en las negociaciones internacionales, indicó el Departamento de Estado.
En un comunicado, el Departamento de Estado indicó: “Hoy, Estados Unidos envió una comunicación a las Naciones Unidas, en su capacidad como depositario del Acuerdo de París, sobre la intención de EU de retirarse del Acuerdo de París tan pronto como tenga la opción de hacerlo, según los términos” del pacto.
El proceso de salida de EU podrá completarse hasta el 4 de noviembre de 2020, un día después de las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos.
El punto 28 del acuerdo de París indica que cualquier país que lo haya ratificado sólo podrá solicitar su salida tres años después de su entrada en vigor, esto es, el 4 de noviembre de 2019. Una vez hecha formalmente la petición, tiene que pasar otro año para que la salida del acuerdo sea efectiva.
“El presidente [Trump] está dispuesto a volver a implicarse en el Acuerdo de París si EU puede identificar términos que sean más favorables para el país, sus negocios, sus trabajadores, su pueblo y sus contribuyentes”, destacó.
Pese a la oferta del magnate, Alemania, Francia e Italia ya cerraron en junio la puerta a una eventual renegociación del acuerdo.
Como su salida se concretará dentro de tres años, Washington participará en la próxima conferencia anual de cambio climático de la ONU, la COP23, que se realizará en noviembre en Bonn, Alemania.
De acuerdo con el Departamento de Estado, “esta participación incluirá las negociaciones en curso sobre las líneas directrices para poner en marcha el Acuerdo de París”.
El presidente Trump ya había anunciado el pasado 1 de junio el retiro de Estados Unidos de este acuerdo para limitar el calentamiento global, firmado en diciembre de 2015 por 195 países en París.
En tanto, franjas del sur y este de Europa sufrieron el viernes temperaturas por encima de los 40 grados centígrados, en una ola de calor apodada Lucifer que avivó incendios forestales, generó alertas meteorológicas y dañó cosechas.
Italia y los Balcanes fueron las zonas más afectadas. La cadena meteorológica europea Meteoalarm publicó su mayor grado de alerta “roja” en 10 países.
Al menos dos personas murieron por el calor —una en Rumanía y otra en Polonia— y otras fueron llevadas al hospital por insolación. En Albania, 300 bomberos y soldados se esforzaban por contener hasta 75 incendios forestales. Las autoridades italianas emitieron alertas por riesgo climático en 26 ciudades, incluyendo Venecia y Roma.