El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prometió ayer enfrentar “con mucha fuerza” a Corea del Norte e instó a la comunidad internacional a demostrar a Pyongyang que su programa de armas tendrá consecuencias. También criticó a Rusia y advirtió que está en juego “nuestra civilización” occidental.

El martes, Corea del Norte lanzó con éxito un misil balístico intercontinental que, según algunos expertos, tendría la capacidad de alcanzar Alaska y Hawai en Estados Unidos. Pyongyang dijo que el misil podría transportar una gran ojiva nuclear.

En una rueda de prensa con el presidente de Polonia, Andrzej Duda, Trump dijo que Corea del Norte es “una amenaza y la enfrentaremos con mucha fuerza”. El mandatario añadió que Washington está considerando medidas “severas” contra Pyongyang, pero destacó que no trazaría un “límite” como el que su antecesor Barack Obama planteó, pero no cumplió, sobre el uso de armas químicas en Siria.

Corea del Norte “se está comportando de una manera muy peligrosa y algo tendrá que hacerse”, remarcó. Un ataque preventivo podría ser una de las “cosas bastante severas” que Trump señaló estar considerando, aunque expertos advierten de los riesgos y de que ni siquiera un “ataque quirúrgico” contra instalaciones nucleares y de misiles destruiría el arsenal norcoreano o impediría que su líder, Kim Jong-un, responda rápidamente con artillería de largo alcance que podría cobrar la vida de un gran número de surcoreanos en cuestión de minutos.

Entonces podría darse un enfrentamiento abierto. Y aunque el jefe del Pentágono, Jim Mattis, afirma que Estados Unidos dominaría, también cree que sería una “guerra catastrófica”.

El asunto es tal vez el mayor desafío en política exterior para Trump, quien asumió en enero y ha presionado sin éxito al presidente de China, Xi Jinping, para que imponga más control sobre Pyongyang.

Estados Unidos dijo el miércoles que está listo para usar la fuerza en caso de ser necesario para detener el programa de misiles nucleares de Corea del Norte, pero Jim Mattis aclaró ayer que la prueba de misil en sí misma no acercaba a las partes a una guerra.

China pidió calma el jueves y dejó en claro que no quería ser blanco de sanciones estadounidenses. Rusia objetó ayer una condena en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas al lanzamiento norcoreano debido a que un comunicado redactado por Estados Unidos se refería a éste como un misil balístico intercontinental, algo que Moscú pone en duda.

“Los parámetros de vuelo se corresponden con las características de un cohete balístico de alcance medio”, señaló desde el martes el Ministerio de Defensa de Rusia.

Trump reiteró además el apoyo de su gobierno a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). “Estados Unidos ha probado, no sólo con palabras, sino con actos, que apoyamos firmemente el artículo 5” del tratado de la OTAN, dijo, un mes y medio después de una intervención en Bruselas donde de manera deliberada escogió no reiterar el compromiso estadounidense de respetar ese artículo relativo a la defensa mutua.

“La relación trasatlántica entre Estados Unidos y Europa es siempre fuerte, y tal vez, en ciertos aspectos, incluso más fuerte que nunca”, agregó ante unos 15 mil polacos que lo escucharon en una plaza de Varsovia.

Trump estimó que el futuro de Occidente está amenazado si las naciones y sus ciudadanos no se muestran determinados. “La experiencia de Polonia nos recuerda [que] la defensa de Occidente se basa en última instancia no sólo en los medios sino también en la voluntad de sus habitantes para imponerse”, afirmó Trump.

“La cuestión fundamental de nuestra época es si Occidente tiene la voluntad de sobrevivir”, prosiguió. Trump habló de un Occidente confrontado a desafíos existenciales, como “defender nuestra civilización” contra el terrorismo, la burocracia y la erosión de las tradiciones.

Asimismo, indicó que trabaja con sus aliados para oponerse “a las acciones de Rusia y a su comportamiento desestabilizador”. Añadió que Moscú “pudo” haber interferido en las elecciones presidenciales de EU de 2016 que lo llevaron al poder. “Creo que pudo ser perfectamente Rusia. Pienso que también pudo haber otros países. No seré específico. Pero creo que mucha gente interfirió”, afirmó Trump en vísperas de su reunión formal con el mandatario ruso Vladimir Putin al margen de la cumbre del G20 en Hamburgo.

El encuentro será observado con atención en Washington donde la influencia rusa en el entorno de Trump está en la mira. El ex dirigente soviético Mijail Gorbachov, de 86 años, pidió ayer a Putin y a Trump “restaurar el clima de confianza” entre ambas potencias, en declaraciones a la agencia Ria Novosti.

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