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El Parlamento Europeo dio luz verde al primer pacto de cooperación en la historia entre la Unión Europea y Cuba. El Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación UE-Cuba salió adelante con 567 a favor, 65 en contra y 31 abstenciones.
El pacto estuvo acompañado de una resolución, aprobada por separado, que condena la política aislacionista del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a la isla.
Sin mencionar a Washington, el texto rechaza la imposición de “leyes y medidas extraterritoriales“ que perjudiquen a los cubanos y las empresas europeas.
Una vez alcanzado el voto favorable de la Eurocámara, el acuerdo requiere de la ratificación por todos los socios de la UE para entrar en vigor. Por lo pronto, sólo se aplicarán algunas disposiciones de manera provisional.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Erwan Fouéré, primer embajador de la UE acreditado en Cuba (1989), dice que el acuerdo es un parteaguas en las relaciones bilaterales.
“Es un acontecimiento relevante en las relaciones entre Cuba y la UE en términos políticos, económicos, sociales y comerciales, al establecer el marco para elevar a un nuevo nivel la cooperación”, asegura.
“Pero lo más importante es que los principios del acuerdo se basan en el respeto mutuo. Además demuestra que el enfoque de la UE, a favor de la cooperación y no de la confrontación, es el indicado para alcanzar resultados concretos en Cuba”.
Desde 1996, las relaciones de la UE con Cuba se regían por la “Posición Común”, la cual condicionaba el diálogo al avance tangible de la isla en términos de democracia y respeto a los derechos humanos.
Con la llegada de Raúl Castro, en 2008, los canales de diálogo fueron reanudándose hasta 2014, cuando la UE aprobó las directrices para la negociación del acuerdo.
Cuba era, hasta ahora, el único país latinoamericano que no tenía acuerdo bilateral con el bloque comunitario. El texto contiene disposiciones que prevén la suspensión de las relaciones en caso de que se produzcan vulneraciones en materia de derechos humanos.