A Anthony Scaramucci le cabe el dudoso honor de haber sido el alto funcionario que, hasta ahora, menos tiempo ha durado en la Administración de Donald Trump: diez días.

Más acostumbrado a los pasillos de Wall Street que a las intrigas de Washington, Scaramucci dejó hoy el puesto de director de Comunicaciones de la Casa Blanca días después de haber usado unos epítetos sobre algunos colegas que erizaron la piel de muchos.

De 53 años, Scaramucci había llegado a ese puesto en medio de una tormenta política en Washington que derivó en la renuncia del portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, disconforme con su designación como director de Comunicaciones.

Al final, Scaramucci estuvo sólo diez días en el cargo, un puesto clave en el equipo de Trump. El único antecedente, de momento, son los 24 días que estuvo como consejero de Seguridad Nacional Michael Flynn, que renunció el pasado 13 de febrero.

Vinculado al equipo de Trump desde hace más de un año, Scaramucci llegó a la Casa Blanca el pasado 21 de julio con nula experiencia en el Gobierno y procedente del sector financiero de Wall Street.

En el mundo de la comunicación sólo había hecho algunas incursiones como comentarista habitual en temas financieros y como propietario de los derechos de un programa de televisión.

Scaramucci, nacido en Long Island (en el estado de Nueva York), se vinculó formalmente con Trump cuando fue nombrado en noviembre pasado integrante de un comité de transición de 16 personas, del que formaban parte también los tres hijos de Trump y su yerno.

Su nombramiento como director de Comunicaciones no fue el primer intento de Trump por sumarlo a la Administración, ya que en enero pasado fue designado director de la Oficina de la Casa Blanca para Asuntos Públicos e Intergubernamentales.

Sin embargo, tuvo que echarse para atrás mientras era escrutado por la Oficina de Ética Gubernamental.

También conocido como "The Mooch" ("El gorrón"), no tanto por su significado sino por la afinidad sonora con la parte final de su apellido, es hijo de un trabajador de la construcción neoyorquino.

Tras completar su licenciatura en Economía en la Universidad de Tufts y doctorarse en Derecho en Harvard, decidió desarrollarse profesionalmente en el mundo de las finanzas, y en 1996 lanzó una firma, Oscar Capital Management, que fue vendida en 2001.

El perfil público de Scaramucci comenzó a surgir cuando en 2005 fundó la compañía de inversiones SkyBridge Capital, un fondo de inversión de alto riesgo con 11 mil 400 millones de dólares en activos.

SkyBridge le sirvió como tribuna de exposición pública y le permitió organizar una serie de conferencias financieras a partir de 2009, conocidas como SALT, en las que Scaramucci ganó entrenamiento ante los micrófonos.

Salió de SkyBridge en enero pasado, coincidiendo con la entrada de Donald Trump en la Casa Blanca y cuando la firma financiera fue vendida a un consorcio chino.

En esa operación, según medios especializados, SkyBridge fue valorada en 200 millones de dólares, aunque no se sabe a ciencia cierta qué participación tenía Scaramucci.

Su experiencia en el mundo de las inversiones le permitió pasar por Lehman Brothers, que entró en bancarrota durante la crisis que estalló en 2008, y Goldman Sachs, en ambos casos a partir de su vinculación a Oscar Capital.

Es autor de tres libros sobre finanzas. Uno de ellos tiene el subtítulo de "Cómo hacerte rico sin perder tu alma".

Su experiencia en los medios comenzó cuando compró los derechos del programa de televisión "Wall Street Week", donde apareció con frecuencia como anfitrión. También ha sido comentarista habitual del canal financiero CNBC.

Registrado como republicano, sólo se vinculó con Trump después de apoyar previamente a otros aspirantes de ese partido, Jeb Bush y Scott Walker, quienes se retiraron de la carrera presidencial republicana cuando Trump parecía imparable.

En 2015, cuando el ahora presidente estaba muy abajo en las encuestas, llegó a calificarle como "otro político pirata".

La poca prudencia verbal, al final, le ha costado el puesto.

La semana pasada, en una conversación telefónica con un periodista de la revista The New Yorker, calificó al entonces jefe del Gabinete de Trump, Reince Priebus, como un "maldito esquizofrénico paranoico", entre otras cosas mucho más ofensivas.

Priebus decidió abandonar la Casa Blanca el pasado viernes. Fue reemplazado por el general retirado John Kelly, que hoy asumió el cargo y que, según medios locales, entre las primeras cosas que hizo fue pedir la cabeza de Scaramucci.

ml

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