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El presidente Nicolás Maduro
logró salirse con la suya: sus seguidores votaban este domingo para elegir una Asamblea Constituyente sin oposición, pese a las violentas protestas que dejan más de 100 muertos en cuatro meses y al fuerte rechazo internacional.
Vestido con camisa roja, Maduro fue el primero en depositar lo que llamó un "voto por la paz" en un colegio del oeste de Caracas, a donde acudió con su esposa, Cilia Flores, y dirigentes del partido de gobierno.
"Ha querido el emperador Donald Trump prohibirle al pueblo ejercer el derecho al voto (...) y yo dije llueva, truene o relampaguee habrá elecciones y Asamblea Constituyente", dijo Maduro luego de votar.
El triunfalismo no es para menos. Contra viento y marea, el mandatario llevó a puerto su polémico proyecto: un as bajo la manga que sacó en medio de la ola de protestas que exigen, desde hace cuatro meses, su salida del poder.
Muertes por balas y perdigones, linchamientos, saqueos, edificios y vehículos quemados, ciudades semiparalizadas agravaron la crisis de un país polarizado y al borde del colapso económico.
Custodiados por militares, los centros electorales abrieron a las 06H00 (10H00 GMT) para elegir a 545 asambleístas de un suprapoder que regirá al país por tiempo indefinido.
"Vine a votar para decirle a los gringos y a los opositores que queremos la paz, no la guerra, que apoyamos a Maduro", aseguró Ana Contreras en un centro electoral de un barrio popular del este de Caracas.
cg