La presión legislativa para asegurar el futuro de los más de 750 mil jóvenes sin papeles a los que Barack Obama protegió de la deportación crece en Washington.
Un grupo de legisladores demócratas, la mayoría de ellos de origen hispano, presentó ayer un nuevo proyecto de ley para regularizar a los dreamers, como se conoce a los indocumentados que entraron al país de niños acompañando a sus padres, cuyo futuro es incierto bajo la administración de Donald Trump.
Esta es la iniciativa más progresista de las cuatro —incluida ésta— que se han presentado desde la llegada Trump a la Casa Blanca, ya que es la que pretende proteger a un mayor número de personas. Según explicaron demócratas, el número de beneficiados podría ascender a 2 millones, lo que podría dificultar conseguir respaldo en las filas republicanas.
La iniciativa fue presentada en Capitol Hill. Entre los legisladores que la impulsan están la líder demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el congresista por Nevada Rubén Kihuen, de origen mexicano y quien llegó a EU como indocumentado cuando tenía ocho años.
Los demócratas defendieron que el sistema migratorio estadounidense está “roto” y la única forma de arreglarlo es con una reforma, pero ante la amenaza que hay sobre DACA, el programa de Obama, es necesario proteger a los dreamers.
La semana pasada, el senador republicano Lindsey Graham y el demócrata Richard Durbin presentaron una propuesta de ley que abriría el camino a la nacionalización de los dreamers. Frente a ésta y las otras dos anteriores, la presentada ayer elimina los requisitos de educación, trabajo o servicio militar. La condición es haber entrado a EU al menos cuatro años antes del 31 de diciembre de 2016 y haberlo hecho con menos de 18 años.