El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió ayer a criticar en Twitter a su fiscal general, Jeff Sessions, a quien el mandatario lleva días reprobando por haberse apartado de la investigación de la trama rusa.

Esta vez, Trump lo acusó de no haber removido del Buró Federal de Investigaciones (FBI) a Andrew McCabe, quien ejerce el cargo de manera provisional tras el inesperado despido en mayo de James Comey.

Concretamente, Trump arremetió contra McCabe por las donaciones que su esposa, Jill McCabe, recibió cuando compitió en 2015 por un escaño en el Senado del estado de Virginia.

En ese momento, Jill McCabe recibió 675 mil 288 dólares de dos entidades asociadas con el gobernador de Virginia, el demócrata Terry McAuliffe, quien ha sido descrito como “el mejor amigo” del ex presidente Bill Clinton y, por tanto, una persona cercana a Hillary Clinton, rival de Trump en las elecciones de 2016. Mientras Jill McCabe se presentaba a las elecciones de Virginia, su marido participaba en la investigación que el FBI abrió a Clinton por el uso indebido que hizo de servidores de correo privados para tratar asuntos de interés nacional cuando era secretaria de Estado (2009-2013).

“¿Por qué el fiscal general Sessions no sustituyó al director del FBI Andrew McCabe, un amigo de Comey que estaba a cargo de la investigación de Clinton pero que obtuvo una gran cantidad de dinero [700 mil dólares] de Hillary Clinton y sus representantes por la carrera política de su mujer”, tuiteó Trump.

El millonario finalizó su último tuit con las palabras “Drain the Swamp” (drenar el pantano), su eslogan de campaña contra la corrupción en referencia al mundo de la política en Washington.

La tensión entre Trump y su fiscal general se evidenció la semana pasada cuando Trump aseguró en una entrevista con The New York Times que, de haber sabido que Sessions iba a apartarse de la investigación sobre los vínculos de su campaña con Rusia, no lo habría elegido para liderar el Departamento de Justicia.

El martes expresó en rueda de prensa su “decepción” con Sessions, le pidió “mayor dureza” para frenar las filtraciones de las agencias de inteligencia y, al ser preguntado sobre si pensaba destituirlo, respondió con un evasivo “el tiempo dirá”.

Larry Sabato, director del Centro para la Política de la Universidad de Virginia, consideró “sin precedentes” que un presidente ataque a un miembro del gabinete de esta manera.

“Esta humillación pública, avivando el fuego, es sin precedentes (...) No se puede encontrar a un presidente tan desleal con alguien que estuvo con él desde el principio”, declaró.

Ayer se informó que el fiscal general acudió ayer a la Casa Blanca para un “encuentro rutinario”, del que no se dieron detalles.

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