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Con la llamada guerra contra el narcotráfico los cárteles mexicanos comenzaron a explorar nuevos mercados para el tráfico de drogas hasta expandirse en todo el mundo. Uno de sus principales puntos de venta, además de Estados Unidos, es Europa, y para llegar a ese continente los narcotraficantes mexicanos utilizan África como su centro de operación intermedio.
Aunque su máximo líder, Joaquín El Chapo Guzmán, está en una prisión de Estados Unidos, el Cártel de Sinaloa continúa como la organización que controla el mayor tráfico de drogas a África, seguido del Cartel Jalisco Nueva Generación y Los Zetas.
Fuentes consultadas de la Secretaría de Marina Armada de México (Semar) y otras autoridades que conforman el gabinete de seguridad afirmaron que no hay registros de que se utilice una ruta o logística directa México-África; por el contrario, Centro y Sudamérica son los eslabones por los que los cárteles mexicanos puedan transportar cocaína, heroína y metanfetaminas, por lo que no se tienen aseguramientos en México que tuvieran como destino ese continente.
Para poder operar, los cárteles mexicanos se han relacionado con los narcotraficantes colombianos, las pandillas centroamericanas y con la mafia italiana; estos últimos son sus contactos en África para hacer llegar las drogas a Europa.
En eso coincide Samuel González Ruiz, ex director de la Unidad Especializada en Delincuencia Organizada de la Procuraduría General de la República (PGR), quien en entrevista comenta que por el año 2010 el Cártel de Sinaloa comenzó a tener presencia en África.
“Hace unos años se conoció de la utilización de Guinea-Bissau, se logró detectar el paso de los cárteles mexicanos. El Cártel de Sinaloa tenía esa ruta, eso implicó varios esquemas de cooperación entre las autoridades”, menciona, tras asegurar que Guinea-Bissau estaba fuertemente carcomido por la corrupción y el crimen organizado.
Para el también ex consultor de la Oficina de Naciones Unidas contra la droga y el delito, la cocaína del Cártel de Sinaloa se detectó que salía de América del Sur por avión (son aproximadamente siete horas de vuelo para llegar a África); “de ahí cambiaban de aeronave para el trasiego a Europa”.
En el caso de la vía marítima, González señala que ese camino para el trasiego siempre ha existido. “Usan la ruta más corta entre América central y Europa —para llegar a España e Italia— y es bordeando África, por eso expandieron su presencia”.
De acuerdo con información del gobierno federal, el Cártel de Sinaloa tiene presencia en África, donde domina Sudán, Senegal, Gambia, Guinea-Bissau, Guinea, Sierra Leona, Liberia, Costa de Marfil, Cabo Verde, Ghana, Togo, Benín y Nigeria, lo que facilita la entrada de la droga a Europa por Portugal y España.
Martín Barrón Cruz, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), asegura que el Cártel Jalisco Nueva Generación tenía una alianza con el de El Chapo Guzmán para operar en África, pero con la extradición de Guzmán Loera a Estados Unidos no se tiene definido si continúan operando juntos en ese continente.
“Hay tres países fundamentalmente complicados: Italia, Holanda y España. El gran problema es que no se conoce lo que sucede en África, tiene su propia lógica y estructura. Ellos [los africanos] necesariamente manejan otros controles para el tráfico de drogas, no sabemos cómo están funcionando y eso obedece al poco interés”, indica.
La conexión entre los cárteles de la droga con africanos se corroboró en marzo de 2016, cuando la Agencia Nacional Antidrogas de Nigeria anunció la detención de ocho personas, cuatro de ellos mexicanos, en operativos en los estados de Lagos y Anambra.
Los mexicanos fueron identificados como Cervantes Madrid José Bruno, Rivas Ruiz Pastiano, Castillo Barraza Cristóbal y Partida González Pedro, a quienes se les relacionó como asesores técnicos para el funcionamiento de laboratorios clandestinos.