Los opositores venezolanos votarán mañana en un plebiscito simbólico contra el presidente Nicolás Maduro, en lo que anuncian como su ofensiva final tras casi cuatro meses de violentas protestas que profundizaron el caos y el conflicto político.
Con un país a media marcha y sobresaltado por casi un centenar de muertes durante la jornada de protestas, la oposición y el gobierno librarán un pulso en torno a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), una iniciativa impulsada por Maduro. Sin aval del Consejo Nacional Electoral (CNE), al que acusa de servir al gobierno, la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) celebrará la consulta, confiada en que voten millones para demostrar un contundente rechazo a la Constituyente.
La oposición inició ayer la habilitación de unos 2 mil centros de votación, denominados “puntos soberanos”, donde se instalarán las 14 mil 300 mesas de votación que se abrirán el domingo de las 7:00 de la mañana a las 4:00 de la tarde. Prevén que los resultados se den a conocer el mismo domingo. En la consulta se preguntará a la ciudadanía si “rechaza y desconoce” la ANC, si “demanda a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana obedecer y defender la Constitución” y si “aprueba” la renovación de los poderes públicos y la formación de un gobierno de unidad nacional.
Luis Almagro, secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), se pronunció ayer a favor de la consulta y dijo que puede “detener el colapso institucional” del país, ya que “es una herramienta amparada en sendas disposiciones de la Constitución venezolana, con el objetivo de que sea el pueblo soberano quien decida su futuro”.
El secretario general de la ONU, António Guterres, consideró “urgente una concertación nacional entre gobierno y oposición con dos grandes objetivos: erradicar la violencia, los abusos, el fanatismo, y preservar un camino constitucional concertado”.