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Los abogados de los padres del bebé británico Charlie Gard, quien se encuentra enfermo en fase terminal, pidieron ayer permiso a la justicia para seguir tratándolo en el extranjero, con el argumento de que existen “nuevas pruebas” de que una terapia experimental podría mejorar su condición. En tanto, la Alta Corte de Londres aplazó al jueves la audiencia para decidir si lo mantiene con vida.
El juez Nicholas Francis, del Juzgado de Familia del Tribunal Superior de Londres, pospuso el caso hasta el jueves, tras escuchar ayer los alegatos generales de las partes en una audiencia preliminar.
Los abogados de los progenitores, Chris Gard y Connie Yates, afirmaron que hay siete investigadores y médicos extranjeros que aseguran que un tratamiento en fase experimental, que ni siquiera ha sido probado en ratones, podría ayudar al pequeño.
Explicaron que unos nuevos datos, no divulgados, sobre la llamada terapia de nucleósidos indican que existe “una pequeña probabilidad” de que induzca “una mejora clínica drástica” en el niño, quien padece el síndrome de depleción de ADN mitocondrial, un extraño desorden que inhabilita la capacidad del cuerpo de dar energía a los músculos, hasta que sufre una falla respiratoria total.
Los abogados piden permiso al juez para desconectar a Charlie, de 11 meses, de las máquinas que lo mantienen con vida en el hospital londinense de Great Ormond Street, a fin de trasladarlo a Estados Unidos para recibir esta terapia.
Los abogados del hospital, que aboga por dejar morir dignamente al niño, quien no tiene ninguna función activa, sin someterle a más sufrimiento potencial, cuestionaron que existan novedades sobre la eficacia de ese tratamiento.
El juez Francis ha subrayado que, aunque “no hay ningún ser vivo que no quisiera salvar a Charlie”, él deberá tener “la certeza” de que hay “nuevas pruebas” de que puede mejorarse su calidad de vida antes de autorizar el traslado. Este juez ya falló previamente a favor del hospital, y también el Tribunal Supremo británico, mientras que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos desestimó el recurso de los padres.
El hospital de Great Ormond Street pidió el pasado viernes al Tribunal Superior que vuelva a analizar el caso, después de recibir dos cartas firmadas por expertos de varios países, entre ellos España, que abogan por el tratamiento experimental.
Durante la vista de ayer, Yates y Gard, quienes han protagonizado una intensa campaña internacional para lograr que su hijo continúe conectado para seguir tratándolo, increparon a los representantes del hospital londinense.
“¿Cuándo van a empezar a decir la verdad”, afirmó Gard durante la audiencia. Yates dijo a la televisora Sky News antes de la audiencia que siete especialistas de diversas partes del mundo expresaron su apoyo para continuar con el tratamiento del niño y que podría tener hasta “10% de probabilidades de funcionar”.
La pareja, que ha contado con el apoyo del presidente estadounidense, Donald Trump, y el papa Francisco, entregaron el domingo al hospital de Great Ormond Street una petición firmada por 350 mil personas para que se permita a su hijo viajar a Estados Unidos para ser tratado.