Los seis atacantes responsables de los atentados del miércoles en Teherán eran iraníes, según el Consejo de Seguridad nacional, y cinco de ellos ya han sido identificados, informaron los servicios secretos del país.
Además, varios “cerebros” de los atentados han sido detenidos, informó ayer el jefe del servicio secreto, Mahmud Alawi. “En los últimos dos años hemos impedido más de 100 atentados terroristas en Irán”, aseguró. De ello, la gente no se entera, pero “cuando estalla, lo oyen todos”. Pese a todo, no hay motivo para tener miedo a nuevos atentados en el país, sostuvo.
Las fuerzas de seguridad iraníes informaron también que fue arrestada una mujer sospechosa la cual será interrogada.
Los ataques contra el Parlamento en Teherán y el mausoleo del ayatolá Jomeini, a unos kilómetros al sur de la capital iraní, dejaron 16 muertos y más de 50 heridos, según las cifras más recientes publicadas por los medios locales. En los hechos seis atacantes también perdieron la vida. Los atentados fueron reivindicados por la milicia terrorista sunita Estado Islámico (EI), que considera herejes a los musulmanes chiitas, que son la gran mayoría de los iraníes.
Según los servicios secretos, cinco de los seis atacantes llevaban mucho tiempo activos en el EI y habían estado también en Siria y el norte de Irak.
La agencia de noticias Tasnim publicó imágenes de sus cadáveres y sus nombres de pila, sin que haya información del sexto, que probablemente sea el que se hizo estallar en el mausoleo y por eso no ha podido ser identificado.
Sin embargo, los iraníes de línea dura creen que Arabia Saudita, la principal potencia sunita y rival por la hegemonía regional de Teherán, está detrás de los ataques, según dijo ayer el portavoz de Asuntos Exteriores del partido de Los Verdes de Alemania, Omid Nouripour, en declaraciones a la emisora RBB. Nouripour cree por ello que los atentados llevarán a una nueva escalada de las tensiones en la región.
Precisamente, la Guardia Revolucionaria del país responsabilizó a Riad y también a Estados Unidos de los ataques.
Se cree que los atacantes podrían proceder de la provincia de Sistán y Baluchistán, en el sureste del país, donde milicias sunitas de traficantes de droga y del grupo rebelde Yundulá se enfrentan a la Guardia de la Revolución iraní en la frontera entre Paquistán y Afganistán.
En tanto, el ministro de Exteriores iraní, Jawad Zarif, consideró “repugnante” el comunicado de la Casa Blanca sobre el atentado que señalaba que “los Estados que patrocinan el terrorismo se arriesgan a ser víctimas del mal que promueven”.