El cardenal australiano George Pell, secretario de Finanzas del Vaticano y uno de los más cercanos colaboradores del papa Francisco, anunció ayer su alejamiento temporal de su cargo tras ser imputado por delitos de abusos sexuales en su país y aseguró que comparecerá ante la justicia para “limpiar su nombre”.
En una conferencia de prensa convocada de urgencia durante la madrugada de este jueves por la sala de prensa de la Santa Sede, el cardenal leyó una declaración escrita ante decenas de periodistas y no permitió preguntas.
“Soy inocente de estos cargos, la sola idea de los abusos sexuales es abominable para mí. He mantenido regularmente informado al Papa, con quien me reuní varias veces en las últimas semanas y a quien le solicité un permiso especial”, dijo Pell. Recordó que los hechos por los cuales fue imputado están bajo investigación por dos años, no obstante hubo filtraciones a la prensa y otras irregularidades, por eso se dijo convencido de que la decisión de imputarlo “era inminente”.
“Agradezco al Papa porque me ha permitido volver a Australia para limpiar mi nombre”. La policía de Victoria, en Australia, acusó al cardenal Pell de varios delitos sexuales cometidos en el pasado tras una investigación de ocho meses. El prelado debe regresar a su país para comparecer.