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Corea del Norte amenazó ayer con “imponer la pena de muerte” a la expresidenta de Corea del Sur, Park Geun-Hye, a la que acusa de liderar un supuesto complot para asesinar a su máximo líder, Kim Jong-un, anunció ayer la agencia gubernamental KCNA.
Park habría “urdido” un supuesto plan con los servicios de inteligencia de Seúl para eliminar al líder norcoreano, denunciaron el ministerio de Seguridad de Pyongyang y fiscales, según un comunicado de la agencia oficial de prensa norcoreana, KCNA.
“Declaramos al país y al exterior que impondremos la pena de muerte a la traidora Park Geun-Hye”, se lee en una parte del comunicado.
Además, el ex director de los servicios surcoreanos de inteligencia (NIS), Lee Byung-Ho, también fue “condenado” a la misma pena.
“A partir de este momento, ellos podrán enfrentar una muerte miserable, como perros, no importa cuándo, ni dónde ni de qué manera”, advirtió el comunicado oficial norcoreano.
Pyongyang exigió a Seúl la entrega de Park y Lee, acusándolos de “infame terrorismo de Estado contra la magistratura suprema” de Corea del Norte.
En mayo pasado, el ministerio de Seguridad norcoreano afirmó haber descubierto un complot fomentado, según el mismo, por los servicios secretos estadounidenses y surcoreanos para asesinar a Kim Kong-un con la ayuda de un arma bioquímica.
La Agencia Nacional de Inteligencia de Corea del Sur dijo que el informe de un plan para asesinar a Kim Jong-un “era infundado”.
Park fue destituida por corrupción en diciembre de 2016 por la Asamblea nacional de Corea del Sur, y en marzo perdió su inmunidad. Actualmente se encuentra encarcelada y encara un proceso con 18 cargos en su contra, entre los que figuran corrupción, coacción y abuso de poder, por los que puede ser condenada a cadena perpetua.
En febrero de 2017 Kim Jong-nam, medio hermano del líder norcoreano que había caído de la gracia del régimen de Pyongyang, fue asesinado en el aeropuerto de Kuala Lumpur.
El ataque lo cometieron dos mujeres que le rociaron el rostro con un agente neurotóxico, el VX, que es una versión muy mortífera del gas sarín. Seúl acusó a Pyongyang de estar detrás de ese asesinato.