Estados Unidos ha detectado cerca de 130 millas (209 kilómetros) en los que no construirá el prometido muro en la frontera con México. Por primera vez, el subdirector interino de la Patrulla Fronteriza, Ronald Vitiello, cuantificó de forma aproximada la longitud del sector en el que “no es práctico ni necesario” poner una valla.

Se trata, por ejemplo, de la zona sur del Parque Nacional Big Bend, en Texas, o áreas con lagos y ríos de gran anchura donde se aprovecharán las barreras naturales que “disminuyen el flujo de gente que trata de cruzar”, explicó el funcionario.

Vitiello también dio detalles del proceso de construcción del muro: actualmente se encuentra en la fase 2 de la licitación, dedicada a la revisión de un “sustancioso grupo” de proyectos que cumplieron los requisitos del concurso público. No hay fecha prevista para el anuncio de ganadores que pasarán a la fase de construcción.

Sin embargo, desde que la fecha en que se conozca a los seleccionados, los constructores tendrán 30 días para erigir sus modelos.

Vitiello calculó que no será hasta “finales del verano” cuando se construirán “entre cuatro y ocho” modelos de prototipos en San Diego (California), uno al lado del otro, que serán financiados con los únicos 20 millones de dólares que el gobierno de Trump consiguió asignar al proyecto para este año.

La decisión de levantar los prototipos —ya sea de cemento compacto o de otros diseños “más innovadores”— en San Diego se debe a que es necesario ver los modelos en el territorio donde podrían ejercer su función.

Eso no significa que la construcción del prometido muro se realizaría entonces. Hace un par de semanas, la jefa de la Patrulla Fronteriza, Carla Provost, anunció que lo más probable es que la construcción del muro inicie en la primavera de 2018.

Para ello contarán con mil 600 millones de dólares, siempre que el Congreso apruebe el presupuesto. Vitiello reiteró que las zonas prioritarias son San Diego y río Grande. Los prototipos sólo servirán para decidir qué diseño es el más adecuado para los miles de kilómetros que Trump quiere erigir.

Este 2017, además de los prototipos, se espera poder reemplazar 40 millas (64 km) de valla en El Paso, San Diego y El Centro, además de instalar 35 nuevas puertas en el valle del Río Grande. Sobre el ritmo de construcción a partir de 2018, Vitiello respondió que dependerá del primer año de edificación y las necesidades que surjan.

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