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Los republicanos en el Senado mostraron hoy sus divisiones ante la polémica ley que debería reemplazar la r eforma sanitaria del expresidente Barack Obama y que podría dejar a más de 20 millones de estadounidense sin seguro médico.
El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, está considerando retrasar la fecha de inicio del debate legislativo que desemboque en la aprobación de una ley que reemplace el llamado Obamacare , el plan sanitario ratificado en 2010 por Obama y que el actual presidente, Donald Trump, ha prometido revocar y reemplazar.
Según el diario Politico, McConnell ha avisado a la Casa Blanca de que si no consiguen un voto de procedimiento que inicie el debate en el Senado lo antes posible, se verán forzados a negociar con los demócratas una salida a la crisis.
Una fuente del Senado aseguró hoy a la cadena CNN que la posibilidad de aprobar una reforma sanitaria, que debe ser consensuada con la Cámara de Representantes y cuenta con apoyos exclusivamente republicanos, "está pendiente de un hilo".
El principal escollo para los republicanos llegó este lunes cuando la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO), un organismo independiente dentro del Legislativo, dijo que con el plan 22 millones de personas perderían la cobertura médica antes de 2026.
La senadora republicana Susan Collins fue una de las primeras en salirse de la disciplina de su partido y aseguró que deben trabajar con los demócratas porque los datos del CBO muestran que el proyecto de ley no "arreglará" el sistema sanitario estadounidense.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, uno de los cerebros detrás del proyecto de ley, restó importancia a la caída estimada del número de asegurados, que hoy supera el 90 % por primera vez en la historia estadounidense, porque es algo a lo que esas personas optarán voluntariamente.
"Lo que el CBO está diciendo básicamente es que si no vas a forzar a la gente a comprar (seguro) Obamacare, si no les vas a forzar a comprar algo que no quieren, entonces no lo comprarán", aseguró Ryan en entrevista con Fox News.
El proyecto de ley del Senado, que Trump quiere llegue a su escritorio para ratificarlo lo antes posible, elimina fondos al Medicaid (seguro médico a los más pobres), permite negar coberturas por afecciones preexistentes y penaliza a aquellos sin seguros negándole 6 meses de cobertura una vez vuelvan a obtener cobertura médica.
Trump llegó a la Presidencia con la promesa de acabar con el llamado Obamacare, que obliga a personas a contratar seguros médicos privados so pena de multa para reducir el coste de las pólizas y aumentar las coberturas a los más pobres, a los menores de 26 años y a las personas con afecciones previas.
McConnell esperaba poder debatir el proyecto esta semana, pero todo hace indicar que deberá esperar hasta después del festivo del 4 de julio, Día de la Independencia, para obtener los votos republicanos suficientes y que ahora se limitan a unos 35 de los 52 escaños conservadores.
Los demócratas volvieron a calificar hoy el plan como un recorte de impuestos para los ingresos superiores a los 875 mil dólares anuales, que verán eliminados ciertos impuestos, a costa de millones de estadounidenses que perderán sus coberturas.
El líder demócrata en el Senado, el senador Chuck Schumer, presidió una protesta en las escalinatas del Capitolio, en la que los legisladores sostenían fotos de personas que perderían coberturas médicas vitales si se aprobara la reforma sanitaria que impulsa Trump.
Schumer aseguró que "personas de verdad" se verán afectadas por un cambio en el sistema sanitario, que "arrebatará la sanidad a muchas personas", especialmente con los fuertes recortes al Medicaid.
lsm