La Organización Internacional del Trabajo (OIT) afirmó ayer que el gran incendio que ha dejado cuatro jóvenes desaparecidos y varios heridos en Lima se “aproxima a formas modernas de esclavitud como el trabajo forzoso, que afecta a millones de personas en todo el mundo”.

La Oficina de la OIT para los Países Andinos emitió ayer un comunicado en el que aseguró que “siente profunda preocupación por los cuatro jóvenes desaparecidos y los 17 heridos durante el incendio”, ocurrido en una antigua fábrica que era utilizada por galerías de productos para ferretería.

El incendio se desató el jueves y aún no ha podido ser totalmente apagado por los bomberos voluntarios, quienes aseguraron ayer que el combate a las llamas se desarrollará, al menos, durante “un par de días más”.

Medios locales mostraron el jueves imágenes de unos contenedores colocados ilegalmente en la azotea del edificio, desde donde un número no precisado de personas lanzaba señales de auxilio. Según la información, se trataba de jóvenes trabajadores que permanecían encerrados con llave en esos contenedores por dueños de negocios de ferretería mientras duraba su turno de servicios.

Los equipos de rescate identificaron la zona donde estaban los atrapados, pero el humo y las llamas intensas han impedido que confirmen la situación de las víctimas, que al parecer son cuatro, entre ellas un adolescente de 15 años, según señaló un representante del Ministerio de Justicia.

La OIT agregó que “la realización del trabajo en condiciones de encierro representa una clara y manifiesta afectación a derechos fundamentales en el trabajo y a la dignidad humana”.

“Esta tragedia refleja una triste y terrible realidad, nos aproxima a formas modernas de esclavitud como el trabajo forzoso, que afecta a millones de personas en todo el mundo y Perú no es una excepción”, enfatizó.

Uno de los trabajadores de la galería, quien no se identificó, declaró ayer al noticiero de la cadena local Latina que “nos encerraban todo el día y abrían la puerta prácticamente sólo para almorzar y a la hora de salida”.

Otro trabajador dijo que él se dedicaba a cambiar de marca a los fluorescentes importados que luego eran vendidos en los puestos de ferreterías de la galería. Él y otros jóvenes dijeron que les pagaban dos soles (0.6 centavos de dólar) por cada caja de 25 fluorescentes embalados, y que al día cobraban el equivalente a seis dólares.

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