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Donald Trump anunció ayer de forma oficial y sin lugar a la sorpresa que Estados Unidos abandona el Acuerdo climático de París, y con ello no sólo dispuso que su país deje de liderar el mundo en materia medioambiental, sino que despertó una fuerte reacción de aquellos que consideran su proceder como “ignorante”.
EU “cesó” la implementación de los acuerdos y las “draconianas cargas financieras y económicas que impone”, y lo hizo en defensa de la economía y los trabajadores afectados por un acuerdo “injusto” y “debilitante” que les perjudica, dijo el magnate en su discurso.
“Represento a ciudadanos de Pittsburgh, no de París”, justificó, errando al citar una ciudad del cinturón industrial que en noviembre votó por su rival, Hillary Clinton, y que es ejemplo en renovación de su matriz energética.
Trump cumplió su promesa electoral y dijo estar buscando una “renegociación” más favorable, como si el acuerdo mundial por el clima fuera equivalente al Tratado del Libre Comercio. De ese modo, según analistas, triunfó el aislacionismo ante el interés planetario, el “EU primero”, el sector más radical de su entorno, la negación continua de la ciencia. No quedó nada de la voz de los globalistas, entre ellos su hija Ivanka, su yerno Jared Kushner —quienes no estuvieron presentes en el acto— o el secretario de Estado, Rex Tillerson. EU se une a Siria y Nicaragua como únicos países que no firmaron el acuerdo, aunque el país centroamericano tomó la decisión por considerarlo poco ambicioso.
La Casa Blanca confirmó que seguirá el proceso establecido, lo que pone como fecha oficial del abandono del acuerdo el 4 de noviembre de 2020, que coincide con el día después de las elecciones para una eventual reelección de Trump: el cambio climático, se anticipa, será un tema fundamental de las próximas campañas presidenciales.
Las reacciones han sido fuertes. La voz más potente fue la de Barack Obama, quien ve cómo su legado medioambiental queda hecho pedazos. “Creo que EU debería estar al frente”, dijo, lamentando que la nueva administración “rechace el futuro”.
“Confío en que nuestros estados, nuestras ciudades y nuestras empresas darán un paso al frente y harán más para liderar”, auguró Obama. En respuesta, los alcaldes de 61 de las principales ciudades del país (Los Ángeles, Nueva York, Chicago, Boston, Pittsburgh, entre otras), se comprometieron ayer a “adoptar, honrar y mantener los compromisos con los objetivos consagrados en el Acuerdo de París” —por el que EU se comprometió a reducir hasta 28%, respecto de 2005, sus emisiones de gases contaminantes para el 2025—, incluso intensificando las medidas si fuera necesario. Varios estados, entre ellos Nueva York y California, hicieron lo propio tras la inacción confesa del gobierno federal.
Muchas empresas se unieron a esta cruzada, e incluso grandes del sector energético mostraron su descontento. Elon Musk, el multimillonario presidente de Tesla, abandonó el Consejo Asesor empresarial de la Casa Blanca y es probable que otros sigan su ejemplo.
“Es la decisión más peligrosa e ignorante tomada por un presidente”, afirmó Michael Brune, director de la organización ecologista Sierra Club.
Varios políticos también mostraron su rechazo. “Es una abdicación al liderazgo estadounidense y una desgracia internacional”, criticó el senador progresista Bernie Sanders. “En lugar de poner a Estados Unidos primero pone a Estados Unidos al último”, dijo por su parte el ex secretario de Estado John Kerry.
“Retirarse del Acuerdo de París es una acción indefendible”, lamentó el ex vicepresidente y activista ambiental Al Gore. Siete de cada 10 estadounidenses considera que el énfasis hay que ponerlo en las energías renovables, misma proporción que considera que EU debería mantenerse en el Acuerdo de París. En cambio, republicanos como el senador Mitch McConnell celebraron la decisión.
En México, el presidente Enrique Peña Nieto manifestó su respaldo al acuerdo de París y vía Twitter dijo que el país mantiene su compromiso. En un segundo mensaje subrayó que México seguirá con la implementación de las metas establecidas en la Contribución Prevista a Nivel Nacional. En un comunicado conjunto, las Secretarías de Medio Ambiente y Relaciones Exteriores indicaron que el cambio climático es un hecho basado en evidencia científica y agregaron que “contrarrestarlo exige la cooperación de todos los países”, por lo que México reitera su apoyo. Con información de Ariadna García