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El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, aseguró hoy que su país seguirá reduciendo sus emisiones de gases de efecto invernadero pese a su retirada del Acuerdo de París sobre cambio climático, en un intento de rebajar las críticas a la decisión tomada por el presidente estadounidense, Donald Trump.
"Creo que es importante que todo el mundo reconozca que Estados Unidos tiene un historial fantástico en lo que se refiere a la reducción de nuestras emisiones de gases de efecto invernadero", dijo Tillerson en declaraciones a los periodistas antes de reunirse con el ministro de Exteriores brasileño, Aloysio Nunes Ferreira.
"Es algo de lo que creo que podemos estar orgullosos y que se hizo sin que estuviera (aún en vigor) el Acuerdo de París. No creo que vayamos a cambiar nuestros esfuerzos para reducir esas emisiones en el futuro, así que confío en que la gente pueda poner las cosas en perspectiva", añadió el jefe de la diplomacia estadounidense.
Tillerson fue uno de los principales defensores de permanecer en el Acuerdo de París durante el debate interno en la Casa Blanca sobre qué hacer con el pacto contra el calentamiento global, firmado a finales de 2015 por casi 200 países.
Trump anunció este jueves que detendrá "todas las implementaciones" de sus compromisos climáticos en el marco de París, que incluyen la meta propuesta por el expresidente Barack Obama de reducir para 2025 las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 26 y un 28 % respecto a los niveles de 2005.
Muchos expertos y observadores creen que, a pesar de la decisión de Trump, Estados Unidos seguirá reduciendo sus emisiones gracias a las acciones de estados y ciudades gobernados por demócratas, como California y Nueva York, y a las fuerzas del mercado, cada vez más interesadas en invertir en energías renovables.
No obstante, Trump ya ha dado varios pasos para desmantelar las medidas impulsadas por Obama para luchar contra el cambio climático, lo que podría relajar la presión para que Estados Unidos rebaje sus emisiones.
La medida más significativa tomada hasta ahora por Trump es su orden de revisar y reescribir las directrices del Plan de Energía Limpia de Obama, lanzado en 2015 con la meta de que Estados Unidos reduzca para 2030 en un 32 % las emisiones de carbono de las centrales eléctricas con respecto a los niveles de 2005.
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