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La primera ministra británica Theresa May intentó ayer aplacar el enfado de los diputados de su partido conservador durante una reunión con su grupo parlamentario, a quienes les dijo que seguirá al frente del gobierno “mientras la quieran” y que ella los sacará del problema que enfrentan tras perder la mayoría en las elecciones generales.
May se reunió con el llamado Comité 1922, que agrupa a todos los parlamentarios, excepto los cargos ministeriales, para evaluar el golpe electoral que sufrieron los conservadores, al obtener sólo 318 escaños en los comicios anticipados del 8 de junio, ocho menos de los 326 necesarios para gobernar con mayoría y 12 menos de los que tenía cuando el anterior Parlamento fue disuelto en mayo.
May se reunió con sus compañeros de filas después de haber convocado previamente en su residencia y despacho oficial de Downing Street otro encuentro con su nuevo gabinete, configurado este fin de semana.
“Soy la persona que nos ha metido en este lío y soy la que nos va a sacar de él”, afirmó la política durante la reunión con el Comité 1922 en el Palacio de Westminster (sede del Parlamento), según confirmaron dos diputados a la cadena BBC.
La líder conservadora se disculpó de nuevo ante sus colegas por el desenlace de los comicios y dijo, de acuerdo con fuentes de la cadena pública, que seguirá “sirviendo” al frente del Ejecutivo “mientras la quieran”.
Ese encuentro es percibido como un cónclave vital debido a que May necesita el apoyo unánime de sus parlamentarios para poder sacar adelante un gobierno en minoría.
La posición de May ha quedado claramente debilitada tras no conseguir incrementar su mayoría en la Cámara de los Comunes.
La jefa del Ejecutivo espera liderar ahora un gobierno en minoría, con el apoyo de los 10 diputados del Partido Democrático Unionista (DUP) de Irlanda del Norte, con el que ha llegado a un principio de acuerdo, que no implica la formación de una coalición sino que supondría una ayuda parlamentaria para aprobar leyes puntuales. May se reúne hoy en Londres con la líder del DUP, Arlene Foster, para abordar los términos de ese acuerdo.
El primer secretario de Estado, Damian Green, confirmó ayer que la reina Isabel II no leerá el programa legislativo del gobierno británico en la Cámara de los Lores hasta que se concrete el acuerdo con el DUP.
Green afirmó que “podría haber un retraso” en el conocido como “discurso de la reina”, previsto para el día 19, a la espera de que el Ejecutivo negocie con el DUP su apoyo parlamentario. “Obviamente, hasta que tengamos esto, no podemos acordar los detalles finales del ‘discurso de la Reina’”, dijo
Sin embargo, el presidente de la formación nacionalista Sinn Féin, Gerry Adams, advirtió que “cualquier acuerdo” entre el DUP y May, para formar un gobierno en el Reino Unido será negativo para los intereses de Irlanda del Norte.
El líder nacionalista instó a las fuerzas “progresistas” a rechazar el establecimiento de “cualquier pacto” entre los unionistas y los “tories ingleses” que “socave el acuerdo del Viernes Santo”, el texto que lanzó en 1998 el proceso de paz norirlandés.
La tensión se eleva para May, ya que tiene por delante también las negociaciones del Brexit, que debían iniciar el próximo lunes, pero que podrían retrasarse hasta que establezca su gobierno.
El negociador jefe de la Unión Europea (UE) para el Brexit, Michel Barnier, empezó a preparar ayer los aspectos técnicos de la negociación con el embajador británico ante la UE, Tim Barrow. Ambos acordaron más conversaciones esta semana, pero no consensuaron una fecha para abrir oficialmente la negociación.