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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que ha calificado el calentamiento global como una "farsa" inventada por los chinos para hacer la industria estadounidense menos competitiva, y prometió durante su campaña presidencial que abandonaría el pacto.
De acuerdo con los medios más importantes del país, ahora evalúa con su equipo cómo ejecutar la retirada.
Aunque la Casa Blanca no ha confirmado la medida, el presidente rompió anoche con el suspenso: "Anunciaré mi decisión sobre el acuerdo de París el jueves a las 15.00. Jardín de las Rosas de la Casa Blanca. !HAGAMOS A ESTADOS UNIDOS GRANDE DE NUEVO¡", escribió en Twitter.
El acuerdo de París -que se alcanzó bajo el auspicio de Naciones Unidas- se firmó durante el mandato de Barack Obama, quien lo definió entonces como la "mejor oportunidad" para salvar el planeta.
El pacto no fija objetivos obligatorios por país, sino que los compromisos nacionales reposan sobre una base voluntaria.
La meta propuesta por Obama era que Estados Unidos reduzca para 2025 las emisiones de gases de efecto invernadero, entre un 26 y un 28 por ciento, respecto de los niveles de 2005.
El acuerdo busca, finalmente, que la temperatura mundial no se eleve dos grados más de los niveles preindustriales. Y para ello es esencial la ayuda de Estados Unidos, la primera economía del mundo y el segundo mayor contaminante.
Sin embargo, el fin de semana, en la cumbre del G-7 en Sicilia, Trump evitó pronunciarse sobre el tema, provocando roces con los demás miembros. El problema es que al igual como ocurrió en 2001, cuando George W. Bush abandonó el Protocolo de Kioto, la decisión podría animar a otros países a seguir sus pasos o a relajar sus compromisos. Especialmente, aquellas naciones que ingresaron a regañadientes al pacto, como, por ejemplo, India, Filipinas, Malasia e Indonesia.
Por eso ayer, tras conocerse los planes del presidente estadounidense, China y la Unión Europea salieron rápidamente a defender el acuerdo y a anunciar que continuará, aunque Estados Unidos se retire. "Juntos (la UE y China) respaldaremos París, defenderemos París", dijo el comisario europeo de Energía y Acción Climática, Miguel Arias Cañete.
Washington dividido
La posibilidad de una salida también provocó divisiones en Washington. De un lado, la hija del presidente, Ivanka, y el secretario de Estado, Rex Tillerson, han urgido a Trump a continuar en el acuerdo, mientras miembros del Partido Republicano, incluido el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, junto con el director de la agencia estadounidense de protección del ambiente (EPA), Scott Pruitt, y el estratega jefe, Stephen Bannon, abogan por la salida.
Las presiones también llegan desde fuera de la Casa Blanca. El mundo de los negocios se pronunció, en su gran mayoría, a favor de la permanencia. El director ejecutivo de la petrolera ExxonMobil, Darren Woods, le escribió una carta personal a Trump para que mantenga al país en el acuerdo, mientras que Elon Musk, el CEO de Tesla, prometió que si Trump decide salirse terminarán sus asesorías a la Casa Blanca.
Otros, como el gigante agroquímico estadounidense DuPont, Google, Intel o Microsoft se sumaron a los llamados.
El problema radica en que el abandono del pacto no solo compromete el acuerdo, sino también el liderazgo de Estados Unidos, aseguran los expertos.
La salida "afectará el logro de los objetivos del acuerdo, el estatus de Estados Unidos y su credibilidad", dijo a "El Mercurio" Victoria Kiechel, profesora del programa de políticas medioambientales de la American University en Washington.
Además, de confirmarse la decisión de Trump, Estados Unidos habría consumado su giro aislacionista y dejaría en el aire el destino de otros acuerdos, como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que será renegociado con México y Canadá.
De acuerdo con el presidente del Council on Foreign Relations, Richard Haass, la "decisión de abandonar el pacto de París, junto con el de EU primero, el TTP, y el viaje a Europa, refuerzan el mensaje de que el Presidente Trump no valora el orden internacional".
Sin embargo, el Mandatario ha asegurado que lo que busca es beneficiar a esos sectores deprimidos de la industria del carbón que le dieron el voto, y a quienes aseguró que el acuerdo daña la economía y dificulta la creación de empleos.
De todas formas, el contrapeso a sus decisiones podría venir desde adentro.
"El liderazgo de nuestras principales ciudades y estados de Estados Unidos puede ayudar a compensar los efectos de la decisión de Trump", agregó Kiechel.
Finalmente, el rumbo que tome Estados Unidos podría impactar el mundo de forma permanente. Las consecuencias del cambio climático se han empezado a sentir en los últimos dos años, los más calurosos de los que se haya tenido registro. Y eso es solo el comienzo; de no cumplir con la meta, se pueden esperar más inundaciones, derretimiento de los polos y riesgos para la seguridad alimentaria.
Se espera alcanzar con el acuerdo 56 gigatoneladas de emisiones para 2030; sin el pacto, esta cifra llegaría a las 69 gigatoneladas.
''(La Unión Europea) defenderá la transición a la energía limpia", dijo Miguel Arias Cañete, comisionario europeo de energía y acción climática.
Datos
Estados Unidos es el segundo mayor contaminante mundial, después de China, que se espera asumirá ahora el liderazgo en la lucha contra este problema.
lsm