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El resultado de las elecciones presidenciales francesas, podría ser mayor que la del Brexit: el futuro de Europa está en juego al decidir los ciudadanos franceses entre el centrista proeuropeo Emmanuel Macron y la nacionalista de ultraderecha Marine Le Pen en la segunda vuelta el domingo.
RIESGO DE FREXIT
Los mercados financieros observan estas elecciones con atención especial, aterrados por el sueño de Le Pen de retirar a Francia de la Unión Europea y del euro, la moneda común. El mercado recobró ánimos últimamente al retroceder en las encuestas la probabilidad de una victoria de Le Pen, pero la perspectiva de un "Frexit" sería calamitosa.
La salida de Francia de la UE o del euro, más que la de Gran Bretaña, podría significar la muerte de la idea de la unidad económica europea, nacida entre los escombros de la Segunda Guerra Mundial. Francia es miembro fundador de la UE y su principal impulsor junto con su antigua enemiga Alemania.
Le Pen no ha dicho claramente qué haría frente a la UE si llegara a ser elegida como presidenta, pero ha aprovechado los malentendidos acerca del bloque, al que achaca muchos de los males de la economía y la seguridad. Atribuye a los pactos de libre comercio la falta de empleos en Francia y quiere renegociarlos, lo que causaría un embrollo financiero al resto de la UE y los socios comerciales de Francia.
Un eventual Frexit podría ser el preanuncio de controles sobre transferencias de fondos, fuga de capitales, numerosas moras de pago y demandas en los bonos y contratos. El equipo de Le Pen resta importancia a los escenarios apocalípticos: sostiene que el euro, utilizado por 19 países, marcha hacia su derrumbe y que solo es cuestión de tiempo.
Macron respondió con un video de campaña en el que varios ciudadanos británicos lamentan haber votado por la salida y dicen que no sabían en qué se metían... Adicionalmente, en el mismo video hay estadounidenses que lamentan haber votado por Trump.
TRUMP Y EL POPULISMO
Una victoria de Le Pen lo sería también para la ola populista de la que forman parte la elección del presidente Donald Trump y el Brexit. Muchos trabajadores franceses que han perdido el empleo debido a la globalización están hartos de los partidos tradicionales y les atraen las promesas de derrotar el estatus quo.
Macron es un progresista, partidario de la globalización. Como ministro de Economía, promovió emprendimientos tipo Uber, para furia de los conductores de taxis y otros trabajadores que se sienten marginados.
Se presenta como un baluarte contra el proteccionismo de Trump y tuvo sorpresivamente el apoyo público del expresidente estadounidense Barack Obama.
Aun en caso de ser derrotada, Le Pen ha demostrado la fuerza del populismo en Francia, capaz de dificultarle a Macron la realización de sus planes. Muchos de los que piensan votar por Macron ven en él a un mal menor, más que a un salvador.
LA SIRIA DE ASSAD Y LA RUSIA DE PUTIN
Francia es una potencia nuclear, miembro permanente del Consejo de Seguridad y tiene decenas de miles de soldados alrededor del mundo. Es un aliado crucial de Estados Unidos en la campaña contra el grupo Estado Islámico. Aunque su fuerza diplomática ha disminuido, Macron podría insuflar nueva energía a la política exterior francesa. Una agitadora como Le Pen sin duda haría oír la voz de Francia en los asuntos mundiales.
Macron probablemente mantendría las operaciones francesas contra los extremistas en Irak y Siria y en la región africana del Sahel. Seguiría presionando a Rusia por sus acciones en Ucrania y por su apoyo al presidente sirio Bashar Al Assad.
Le Pen, en cambio, es una firme partidaria de Assad y se ha distanciado de Trump a raíz de los ataques aéreos contra las fuerzas del régimen de Assad. Recientemente, se reunió con el presidente Vladimir Putin en Moscú e impulsaría el levantamiento de las sanciones a Rusia por el conflicto en Ucrania.
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