La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó el jueves un proyecto de ley impulsado por el presidente Donald Trump para reemplazar el sistema de salud Obamacare.
Una versión anterior del proyecto republicano para derogar el Obamacare fracasó en marzo, boicoteada por la oposición tanto de moderados como de conservadores dentro del partido oficialista.
Los que apoyan la nueva versión, que deberá ser analizada y votada por el Senado, la defienden como parte de un sistema de libre mercado, centrado en el paciente.
¿Cómo funcionaría el nuevo sistema?
Siguen los puntos clave del sistema de salud actual -que ayuda a 20 millones de estadounidenses a tener cobertura pero ha sido criticado por aumentar las primas y otros costos- y los cambios propuestos por el último sustituto republicano.
En Estados Unidos, el seguro de salud es básicamente privado. Alrededor de la mitad de los estadounidenses tienen cobertura a través de sus empleadores, a menudo a un costo razonable, según la Kaiser Family Foundation.
Cerca de un tercio de los estadounidenses está cubierto por los planes gubernamentales, ya sea a través de Medicare para aquellos mayores de 65 años o Medicaid, el programa de seguros para los pobres.
El resto tiene que arreglárselas por su cuenta: compran seguros o no tienen cobertura, pagando en efectivo por sus gastos médicos. Los costos para estos grupos pueden ser muy altos.
Bajo las reformas de Barack Obama, las personas deben obtener un seguro de salud o pagar una multa.
Se esperaba que el hecho de obligar a personas jóvenes y saludables a comprar el seguro de salud serviría para compensar los costos médicos para los estadounidenses más pobres, adultos mayores y enfermos.
El proyecto de ley impulsado por los republicanos que obtuvo media sanción este jueves pretende generar un sistema de créditos fiscales destinado a ayudar a las personas a comprar seguros de salud.
Pero los demócratas advierten que esos créditos son en promedio menores que los subsidios incorporados en las primas del Obamacare, especialmente para los estadounidenses mayores que aún no son elegibles para el Medicare.
A pesar de los pedidos republicanos durante la campaña electoral del año pasado para acabar completamente con el Obamacare, el proyecto sustituto pretende mantener dos disposiciones muy populares.
Una es la que permite a los dependientes permanecer en el plan de seguro de sus padres hasta los 26 años de edad; la otra impide que las compañías de seguros nieguen la cobertura a cualquier persona debido a una condición preexistente, aunque algunos analistas han expresado preocupación de que las reformas propuestas para proteger a esos pacientes serían inadecuadas.
Las personas sin seguro no serían multadas bajo el nuevo plan, que ya no obligaría a la cobertura individual.
El liderazgo del partido Republicano convenció a varios escépticos con una enmienda que añade un suplemento de 8 mil millones de dólares en cinco años destinados a cubrir los costos de seguros para personas con enfermedades preexistentes.
Los estados podrían solicitar la exención de algunas disposiciones que eran claves en el Obamacare, incluida una que exigía una cobertura mínima de servicios considerados esenciales, como la atención de maternidad y los servicios de emergencia.
También serían capaces de optar por no seguir una regla que prohíbe a las aseguradoras cobrar más a los que tienen problemas médicos.
En esos estados las aseguradoras podrían por lo tanto ofrecer planes de cuidado más baratos, potencialmente más mezquinos.
Tendrían que crear programas alternativos para mitigar los riesgos de las aseguradoras con pacientes de "alto costo", que podrían agruparse en "consorcios de alto riesgo" subsidiados públicamente.
Obamacare permitió la expansión de Medicaid, un programa de atención médica administrado por los estados para individuos y familias de bajos recursos.
Si la Cámara aprueba el proyecto de ley, el Senado adoptará la medida la próxima semana, con otras enmiendas seguramente por venir.
lsm