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Pedro Sánchez volverá a ser secretario general de los socialistas españoles (PSOE) tras imponerse hoy en las primarias de su partido a los otros dos rivales, Susana Díaz y Patxi López.
Sánchez, de 45 años, fue líder del PSOE desde 2014 hasta octubre de 2016, cuando dimitió tras quedar en minoría en una reunión de la dirección de su partido que debatía su posición en la gobernabilidad de España.
Los 187 mil 949 militantes del PSOE, principal partido de la oposición en España, eligieron hoy a Sánchez como nuevo líder con cerca del 50% de los votos, por el 40 % de Díaz y el 10 % de López.
Durante su campaña ganadora Sánchez ha puesto énfasis en que él era el candidato de las bases del partido, un modo de dejar claro que su principal contrincante, Susana Díaz, lo era del aparato del PSOE, ya que contaba con el respaldo explícito de numerosos dirigentes territoriales y de antiguos líder de la formación.
De hecho, Díaz había conseguido más firmas de militantes que Sánchez en apoyo a su candidatura en el proceso previo para formalizarlas.
Además, Díaz partía con la aparente ventaja de ser la líder del PSOE en Andalucía, la agrupación regional que tiene una cuarta parte de los militantes del partido.
Aparte de presentarse como candidato de la militancia, Pedro Sánchez ha basado su campaña en su rechazo al Gobierno del PP (centroderecha), que fue el factor que le costó el puesto de secretario general en octubre pasado.
Mariano Rajoy, que tenía una mayoría reducida en el Congreso, fue reelegido como jefe del Gobierno español a finales de octubre gracias a la abstención de los socialistas en una decisión que fracturó el partido y con la que Sánchez no estaba de acuerdo.
Tras quedar en minoría y dimitir como secretario general, Sánchez también dejó su escaño en el Congreso para no tener que abstenerse en favor de Rajoy y, al mismo tiempo, no romper con la disciplina de partido.
Desde octubre pasado una comisión gestora dirigió al PSOE, cuyo Congreso Federal se celebrará el 17 y 18 de junio y durante el que Sánchez propondrá una Ejecutiva que tendrá que incorporar a algunos de sus rivales si quiere facilitar la unidad.
¿Quién es Pedro Sánchez?
La victoria de ayer demuestra que Pedro Sánchez (Madrid, 1972) ha encontrado al fin la melodía y el ritmo ganadores después de años de indecisiones políticas.
Sánchez fue elegido secretario general del PSOE por primera vez en 2014, precisamente como el candidato apoyado por Susana Díaz, a quien derrotó ayer tras años de desencuentros. En el momento de esa elección, él representaba elestablishment socialista, justo el mismo que atacaba en estas elecciones primarias.
La carrera de Sánchez se ha caracterizado por la volubilidad y la adaptación de su discurso en función de las circunstancias. Tras ser elegido secretario del PSOE hace tres años, con la imagen de un profesor de economía guapo y jovial, se hizo frecuente verlo en los programas de televisión de variedades para opinar sobre los asuntos más dispares, hasta que terminó rompiendo lazos con los grandes medios de comunicación. De la misma manera, primero fue enemigo de la izquierda de Podemos, posteriormente intentó formar gobierno con ella, y terminó presentándose a la investidura presidencial con el apoyo del partido de derecha reformista Ciudadanos. Respecto a Cataluña, uno de los temas centrales de la política española, se mostró inflexible con los independentistas, para luego intentar negociar con ellos y alcanzar la presidencia española.
Con esta estrategia vacilante, Sánchez llevó al PSOE a sus dos peores resultados históricos en las elecciones generales que sucedieron en 2015 y 2016, pero ahí fue donde alcanzó su momento de fuerza. Contra la opinión de su propio partido, se enrocó en el “no es no”, la consigna con que rechazó convertir en presidente del gobierno al conservador Mariano Rajoy, que necesitaba los votos del PSOE para gobernar. Esa rebeldía forzó que el PSOE lo decapitara y lo convirtiera en un mártir. Sin Sánchez, el PSOE hizo a Rajoy presidente.
Ya convertido en un político en rebeldía, se lanzó a la carretera para recuperar la dirección del PSOE, recorriendo los pueblos de España con el mensaje de que era necesario alejar a su partido de los intereses de los políticos profesionales. Ése es el discurso que le dio ayer la victoria, capitalizando en España la ola de insurgencia que ya recorrió Francia o Reino Unido. Ahora Sánchez necesita mantener esa pujanza y devolver al PSOE la posibilidad de convertirse en una opción de gobierno real.
*con información de Jerónimo Andreu / EL UNIVERSAL
lsm