Boko Haram liberó el 6 de mayo a 82 jóvenes de una escuela en Chibok, al noreste de Nigeria, en un intercambio por miembros presos del grupo yihadista. La noticia fue celebrada a nivel mundial.
Sin embargo, Brandon Kendhammer, profesor de la Universidad de Ohio y autor del libro Muslims talking Politics: Islam, Democracy and Law in Northern Nigeria (Musulmanes hablando de Política: Islam, Democracia y Ley en el norte de Nigeria), advierte que son cientos, o miles, las mujeres que Boko Haram ha secuestrado, y que pese a su debilidad, los islamistas podrían ver un resurgir, ante la situación que prevalece en el país y la región.
¿Cómo aparece Boko Haram?
—La historia de dónde viene Boko Haram es larga. Tiene que ver con una rama particular de la religión musulmana y con el uso de violencia por parte del gobierno nigeriano para controlar grupos e individuos que hablan en su contra.
¿Qué importancia tiene Boko Haram en la región?
—Es muy importante en Nigeria y la región. Su insurgencia ha ayudado a crear las condiciones para uno de los desastres humanitarios más grandes del mundo, con más de 2.5 millones de personas desplazadas y quizá 5 millones en riesgo de hambruna. Dicho esto, siempre ha tenido bastante menos apoyo popular del que pareciera. La violencia del grupo ha hecho que sea más difícil encontrar aliados, incluso en los religiosos que comparten ideología.
Parte de la razón por la que las facciones del grupo han estado mucho más activas en los últimos años a través de la frontera en Camerún es porque es todavía posible sobornar oficiales locales y encontrar cooperadores y colaboradores, algo que cada vez más difícil, comparado con el punto de máxima expansión del grupo en Nigeria en 2015.
¿Cuán importante es la liberación de 82 niñas que estaban secuestradas por Boko Haram?
—Es muy importante. Esas jóvenes han pasado por una experiencia terrorífica inimaginable, y ponerle fin merece celebrarlo. Dicho esto, hay un par de advertencias a la alegría de su liberación. Una es que el grupo ha secuestrado y coaccionado la participación de centenares —si no es que miles— de otras mujeres y jóvenes, incluyendo 154 mujeres que fueron inducidas a involucrarse en ataques suicidas (…) La habilidad de controlar territorio de Boko Haram se ha deteriorado en el último año y medio y el número de muertos del grupo ha descendido significativamente desde 2015, pero muchas de estas jóvenes permanecen en peligro.
¿Tiene algún significado que se haya logrado la liberación con un intercambio con el gobierno?
—El hecho de que Boko Haram estuviera dispuesto a negociar e intercambiar estas chicas no necesariamente dice mucho sobre su fortaleza o debilidad. Es improbable que los comandantes que fueron liberados vayan a fortalecer el grupo, pero sugerir que perder control sobre esas mujeres es una señal de su debilidad está basado más en la suposición que en hechos. El grupo se mantiene mortífero y capaz de atacar, y la situación humanitaria urgente en toda la región es una fuente de fortaleza para ellos.
¿Cuál es el futuro del grupo?
—Parece que la tendencia de Boko Haram va a la baja, pero siempre es posible que puedan experimentar un resurgimiento. Una ruta podría ser una continuación o incluso empeoramiento de la situación humanitaria en el noreste de Nigeria, combinada con crisis en el gobierno nigeriano, ya sea por problemas presupuestarios o la enfermedad del actual presidente, Muhammadu Buhari.
¿Pueden surgir grupos similares?
—A través de todo África occidental ha habido un repunte este año de los ataques y el reclutamiento por parte de grupos yihadistas internacionales en una región que ha sido territorio fértil para el extremismo radical. Diría que la razón real por la que la región mantiene su riesgo recae en los fallos de los gobiernos regionales en proveer seguridad a sus ciudadanos.
¿Qué hace falta para combatirlos?
—Lo que más quiere el gobierno nigeriano de Estados Unidos y otros actores internacionales es ayuda militar para destrozar la insurgencia... Mi sensación es que el mejor rol para la comunidad internacional es proveer tanto asistencia humanitaria adecuada como hacer responsable al gobierno nigeriano y sus socios locales de la corrupción en la desviación de la ayuda disponible y asegurar la seguridad humana básica a la gente de la región… Los dólares de EU, la Unión Europea y otros donantes pueden hacer una diferencia real.