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Los líderes republicanos del Congreso estadounidense estaban el martes al borde de otra humillante derrota en el tema la salud, mientras buscaban conseguir votos para aprobar el último intento del presidente Donald Trump de reemplazar el Obamacare.
Una versión anterior del plan republicano fracasó en marzo, cuando la oposición tanto de moderados como de conservadores boicoteó el intento de su propio partido de acabar con la Ley de Atención Sanitaria Asequible de Barack Obama.
El presidente ha presentado versiones modificadas de la ley múltiples veces en los últimos días, recalcando que a pesar de las divisiones dentro del Partido Republicano estaban obteniendo apoyo para alcanzar los 216 votos necesarios para su aprobación en la Cámara de Representantes.
"Estamos haciendo un muy buen progreso", insistió el presidente de la Cámara, el republicano Paul Ryan.
Pero con la posibilidad de que todos los demócratas rechacen la iniciativa y la oposición de un prominente republicano anunciada el martes, esos avances estaban en peligro.
Los republicanos pueden permitirse solo 22 desertores en sus filas para aprobar la ley, y un recuento realizado por NBC News dice que suman 20 "no" entre ellos, con más de una docena de indecisos.
Un número 21, el congresista Fred Upton, se opuso alegando que estaba incómodo con la nueva modificación que permite a los estados eliminar beneficios de salud esenciales, incluyendo protecciones que requieren que las compañías de seguros ofrezcan cobertura más allá de las condiciones preexistentes.
Esa modificación era crucial para atraer a conservadores reacios. Pero algunos republicanos no estuvieron dispuestos a respaldar un proyecto de ley que toca las condiciones preexistentes, un elemento popular de la ley de salud de Obama.
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