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El presidente venezolano, Nicolás Maduro, recibió ayer un duro golpe de Estados Unidos, que sancionó a ocho magistrados clave en su batalla con la oposición, volcada desde hace siete semanas en una ofensiva en la calle para sacarlo del poder.
El Tesoro estadounidense anunció sanciones económicas contra el presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Maikel Moreno, un controvertido juez cercano a Maduro, y otros siete magistrados a quienes acusa de fallos que “usurparon” la autoridad del Parlamento, de mayoría opositora.
Las sanciones fueron anunciadas poco después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificara la crisis de Venezuela como una “vergüenza para la humanidad”. En Caracas, la canciller Delcy Rodríguez respondió vía Twitter que “es inaudito e inadmisible que EU imponga sanciones a un Poder Público soberano”.
La actual ola de protestas en Venezuela, que dura ya semanas ha dejado al menos 45 muertos —según el balance más reciente de la fiscalía—, incluyendo un joven atropellado ayer en medio de una manifestación, en el estado de Zulia, comenzó tras dos decisiones de la Corte Suprema que usurpaban poderes a la Asamblea Nacional, controlada por la oposición al gobierno de Nicolás Maduro desde diciembre de 2015.
Maduro dijo ayer que conversó vía telefónica con su homólogo ruso, Vladimir Putin, con quien habló de que la cooperación militar e industrial entre ambos países “va muy bien y va a mejorar”, y afirmó que el líder del Kremlin le manifestó su “decidido apoyo”.
El gobierno venezolano impidió ayer viajar al líder opositor Henrique Capriles, quien iba a denunciar en Nueva York ante el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Zeid Ra’ad Al Hussein, la “represión” en las protestas contra Maduro. Tras salir del aeropuerto, Capriles, quien dijo que su pasaporte fue “anulado”, se sumó a la marcha de miles de opositores que pretendían llegar al Ministerio del Interior, en el centro de Caracas, pero fueron bloqueados por las fuerzas de seguridad en la principal autopista de Caracas. “Nos reprimen inútilmente, la gente va a seguir resistiendo. Cada día en la calle es un día menos de Nicolás Maduro en el poder”, dijo en la marcha el vicepresidente del legislativo Freddy Guevara.