Estados Unidos acusó ayer al gobierno sirio de ejecutar a miles de adversarios políticos prisioneros y de incinerar sus cadáveres en un enorme crematorio afuera de la capital para ocultar la evidencia.
Las acusaciones de asesinatos masivos ocurrieron en momentos en que Trump analiza opciones con respecto a Siria, país contra el cual EU lanzó en abril pasado misiles crucero para destruir una base aérea del gobierno, después de acusar a las fuerzas armadas del presidente del presidente Bashar al-Assad de haber matado a decenas de civiles con un gas semejante al sarín.
De acuerdo con el Departamento de Estado, cada día son ejecutados aproximadamente 50 detenidos en la prisión miliar de Saydnaya, ubicada a alrededor de 45 minutos en auto al norte de Damasco.
Muchos de los cadáveres son entonces quemados en el incinerador “para ocultar la extensión de los asesinatos masivos que están ocurriendo”, dijo Stuart Jones, el diplomático estadounidense de mayor rango para Medio Oriente, quien acusó al gobierno de Al-Assad de alcanzar “un nuevo nivel de envilecimiento”.
La dependencia publicó fotografías de satélites comerciales que muestran lo que describió como un edificio en el complejo de la prisión que fue modificado para contener el incinerador. Las fotografías, que fueron tomadas en el transcurso de varios años a partir de 2013, no prueban que el edificio sea un crematorio, pero muestran una construcción coherente con tal uso.
Por su parte, la embajadora de EU ante Naciones Unidas, Nikki Haley, acusó a Rusia y a Irán de permitir al gobierno sirio de Bashar al-Asad llevar a cabo las supuestas matanzas de prisioneros.
Según Haley, aunque el presidente de Siria tiene “la mayor responsabilidad por su propia brutalidad, sus aliados Rusia e Irán también soportan una pesada carga”.
Agregó que el “resto del mundo reconoce los horrores del régimen sirio” y “es momento” de que Rusia se una a esa postura.
Evacuan a civiles de Al Qabún. La evacuación de combatientes rebeldes y civiles del barrio de Al Qabún, en los alrededores de Damasco, capital de Siria, terminó ayer y el sector fue declarado “libre de terroristas” por parte de las autoridades sirias.
El gobernador de la capital, Busher al Saban, anunció que Al Qabún “está libre de toda demostración armada y de milicianos” tras finalizar el proceso de evacuación, según la agencia de noticias oficial siria, SANA.
La televisión estatal informó que mil 345 milicianos abandonaron ayer ese distrito en dirección a la provincia de Idleb, controlada casi en su totalidad por los rebeldes.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos confirmó la salida de mil 300 rebeldes de Al Qabún: 500 se dirigieron a Idleb y 800 a zonas más alejadas del este de Damasco, en poder de los opositores. Estas evacuaciones se enmarcan en la estrategia del gobierno sirio de alcanzar “procesos de reconciliación nacional”.